Revista Europa

Por Kartoffeltortilla @kartoffeltorti

Tras algo más de dos años en Colonia nos mudamos de nuevo. Así que, además de nosotros, Kartoffel Tortilla también se traslada.

Desde que llegué a Alemania, en 2016, hemos cambiado tres veces de ciudad y cuatro de piso. ¡Todo un récord! Comenzamos nuestra aventura en Münster, una pequeña ciudad universitaria conocida por la Paz de Westfalia. Aunque al principio pensé que me costaría aflojar el ritmo que traía de Madrid, allí aprendí a disfrutar del los paseos al aire libre sin cascos y de los planes campestres. Recuerdo aquel primer año en Alemania como una etapa dura, llena de obstáculos y frustraciones, pero también repleta de gente que nos arropó en los comienzos y que nos ayudó en nuestra integración como expatriados.

Pese a que sabíamos que nuestra estancia en Münster tenía fecha de caducidad, nunca pensamos que nos iríamos tan pronto. Tan sólo dos años después haber llegado, tuvimos que preparar nuestras cosas para comenzar una nueva etapa en Colonia, la ciudad del Carnaval en NRW (con permiso de Düsseldorf, claro).

Con el cambio de ciudad salimos ganando en cuanto a opciones de ocio, cultura y la posibilidad de conocer gente. ¡También españoles! En cambio, perdimos el contacto con la naturaleza que teníamos tan cerca en Münster . Y personalmente, recuperé algunos hábitos de Madrid que casi había olvidado.

LA VIDA EN COLONIA

Cuando hicimos la mudanza a Colonia, yo estaba embarazada de cinco meses. Si Münster fue la ciudad en la que nos casamos, Colonia ha sido la ciudad en la que nos hemos compartido en padres. ¡Y en la que me he sentido de nuevo yo misma!

Después de dar a luz en Alemania, me creía capaz de hacer cualquier cosa. El idioma ya no era una barrera. ¡Ya no tenía miedo! Gracias a ello comencé a buscar asociaciones culturales, encuentros de tecnología y marketing y eventos relacionadas con la política y con los derechos humanos. Por fin podía volver a participar de aquellas actividades que tanto me gustaban en España. Hasta que llegó la pandemia.

La maternidad alejada de tu red familiar es aún más complicada. Pero gracias a un grupo de mamás que formamos en Köln, nos ayudamos unas a otras compartiendo todo tipo de tips y, sobre todo, charlas a cerca de nuestros sentimientos como madres, nuestras riñas con la pareja y nuestros encontronazos con las suegras. La pandemia también terminó con aquellas quedadas y perdí el contacto con muchas de aquellas mamis expatriadas.

LA NOTICIA QUE ESPERÁBAMOS

En la empresa de R. los números no cuadraban desde hacía meses. La crisis del coronavirus tampoco ayudó. Sabíamos que tarde o temprano tendría que buscar un nuevo trabajo. Aquel temor se volvió realidad a finales de enero. El anunció de la liquidación nos cayó como un jarro de agua fría. Por suerte, las respuestas a las entrevistas de trabajo que había ido haciendo R. llegaron pronto. Sobre la mesa tuvimos dos opciones: Múnich y Berlín. Y tras sopesarlo durante unos días, escogimos la segunda.

Yo no quería dejar Colonia. Desde 2018 trabajo como freelance para una empresa de Marketing Digital. Pero tras el año de baja intermitente por maternidad y el cierre de guarderías debido al Covid 19, mis ingresos habían sido casi inexistentes. De nuevo, no había elección. Teníamos que mudarnos.

BERLÍN, ¡ALLÁ VAMOS!

Si buscar piso en Alemania resulta retador, hacerlo en mitad de una pandemia ¡ha sido todo un desafío! La ventaja (o desventaja, según se mire) es que Berlín es una ciudad con un marcado carácter internacional y su mercado inmobiliario está en auge. El precio de los pisos se ha disparado en los últimos años y toda la capital alemana está llena de obras para construir nuevas viviendas o remodelar las antiguas. Así que, tuvimos donde elegir. Conseguimos aglutinar varias visitas en una semana y enviar la documentación que nos pedían.

Siento que cada mudanza es más complicada porque, además de la ubicación y el precio, tenemos que tener en cuenta que nos quepan todos los muebles que tenemos. Tras varios días sudando la gota gorda, pensando que tendríamos que vender más de lo que queríamos, nos avisaron de que la casa de nuestros sueños era nuestra. ¡No nos lo podíamos creer!

Cancelamos todos los servicios de Colonia (que hay que hacer con un montón de meses de antelación) y dimos de alta los del nuevo domicilio. Después tocó buscar médicos, especialistas, el supermercado de referencia y todas esas cosas que hacen falta en el día a día. Y por supuesto, ¡un nuevo KITA! Con lo que nos costó encontrar el de Colonia...

KARTOFFEL TORTILLA TAMBIÉN SE TRASLADA

Este blog surgió en 2017, cuando llevaba poco menos de un año viviendo en Alemania. Comencé con la idea de que pudiera ayudar a gente que hubiera venido en circunstancias similares a la mía y que, como yo, no encontrara información sobre Münster en español. Poco a poco el proyecto fue creciendo y me di cuenta de que algunas de las particularidades o temas sobre los que escribía eran extrapolables a nivel nacional.

Al trasladarnos a Colonia, seguí posteando sobre temas generales y aparque los que tenían que ver con Münster. Comencé a descubrir la nueva ciudad y a escribir sobre aquello que me parecía interesante por aquí. En Berlín me gustaría hacer algo parecido.

Me apena dejar el Land que se había convertido en una parte más de nuestras vivencias en Alemania. ¡Y del subtítulo del blog! Con la primera mudanza pude seguir descubriendo Alemania desde NRW. Ahora, tendrá que ser desde Berlín. Espero no perder el foco y seguir ofreciéndote información sobre Alemania que te resulte interesante.

Por eso, me gustaría aprovechar esta estrada para preguntarte, ¿qué querrías saber sobre Berlín?, ¿sobre qué temas te apetecería que escribiera a partir de ahora? Te leo en los comentarios 🙂


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