Revista Opinión
La huelga general en España ha sido un éxito completo, sin precedentes desde los años ochenta del siglo pasado. El paro en la industria, los servicios y el transporte es prácticamente absoluto. Solo el pequeño comercio, los famosos tenderos, insolidarios y egoístas en su mayoría, y las grandes superficies de venta, protegidas por los mercenarios de la "seguridad privada" y la policía gubernamental, han abierto esta mañana, aunque la ausencia de ventas va a convertir su gesto en inútil.
Red Eléctrica cifra la caída del consumo entre un 20 y un 30%, en todo caso superior a las huelgas generales de 2002 y 2010, a pesar de acciones a la desesperada llevadas a cabo en ciudades como Madrid, Alcorcón, Cádiz y otras, según informaba la SER esta tarde, en las que se ha dejado encendido el alumbrado público durante todo el día, en un intento cutre hasta el paroxismo de elevar el consumo eléctrico por el medio que sea.
Especialmente indecente es el uso por el Gobierno de la policía que pagamos todos, utilizada hoy para acosar, coaccionar y en su caso agredir a pacíficos huelguistas y manifestantes. En Carabanchel el despliegue policial ha sido tal, que un sindicalista lo definía en la radio como semejante "al desembarco de Normandía". En Ferrol se ha usado la Policía Municipal para atacar a huelguistas en la calle. En Madrid, la Policía Nacional ha cerrado el acceso a la Puerta del Sol a quienes llevaran encima cualquier identificación o mensaje relacionado con la huelga, cortando a los peatones vías principales como la calle Preciados.
En Bilbao, la presidenta del Parlamento vasco, miembro del PP y del Opus Dei, ha impuesto sesión parlamentaria para hoy, aunque en una ocasión reciente suspendió un pleno para que sus señorías vascas pudieran acudir a ver un partido de fútbol del club Athletic de Bilbao.
En Barcelona, el fascista de libro que ocupa la conselleria de Interior del Gobierno derechista catalán amenazaba esta mañana a los huelguistas declarando que a los "Mossos d'Escuadra" (la policía autonómica catalana) "no les temblaría la mano" a la hora de enfrentar a los piquetes en la calle. Al calor de la soflama no han tardado en aparecer en el centro de la ciudad grupos de los famosos incontrolados, cuya actuación perfectamente programada ha servido de nuevo como excusa para que los conocidos antidisturbios de la policía catalana la emprendieran a palos, una vez más, con huelguistas y transeúntes en general.
Los episodios de represión han ido adquiriendo mayor dureza al discurrir el día. Ya a primera hora de la mañana, en Torrelavega (Cantabria), un empresario hostelero especialmente emprendedor ha apuñalado a una mujer, miembro de Comisiones Obreras, que formaba parte de un piquete de huelguistas; el juez no ha tardado en dejar en libertad sin fianza al agresor, ante la inhibición del fiscal. Más de medio centenar de huelguistas habían sido detenidos antes del mediodía, y una cifra indeterminada han resultado heridos al ser atacados por la policía en diversos puntos del país.
Y a pesar de todo ello, la huelga ha triunfado en toda España de largo. A ver si va a ser verdad eso de que las clases trabajadoras y populares españolas dan lo mejor de sí mismas precisamente cuando sus enemigos más las aprietan. ¡No pasarán!.
Las fotografías que ilustran el post han sido obtenidas en la página web de Cantabria Diario. En ellas se ve al hostelero cántabro escasamente presunto candidato a homicida, esgrimir el cuchillo de considerables dimensiones con el que atacó a su víctima.