317.- “Algún día son dos palabras muy peligrosas, porque suelen significar nunca.”

Autor: Guión de la película “Knight and Day” (Noche y día) Nuestra sesión de cine de esta semana es casi en tiempo real. Quiero decir, que habitualmente nos ocupamos de rescatar de la memoria películas ‘mayores de edad’ y que en la mayor parte de los casos han envejecido bien; pero el de hoy se trata de un estreno aún en cartelera.
Hablo de “Noche y día”, filme protagonizado por Tom Cruise y Cameron Díaz. Evito hablar el interés cinematográfico de la cinta (que a mi entender no va más allá que el puro divertimento habitual del cine de acción), y también evito pronunciarme sobre el guión de la misma, que es capaz de situar los Sanfermines (o una fiesta similar) ¡En Sevilla!, y sin mayor pudor.
Parece que Tom Cruise tiene una cierta fijación con España y sus tradiciones, cosa que le podríamos incluso aplaudir, pero es que ya en la saga “Misión Imposible” mezcló sin rubor aparente Fallas y Semana Santa, como parte de una misma celebración. En fin…
¿De qué va la película? Me atengo a su sinopsis: él era un astuto espía en fuga y ella una desventurada transeúnte de camino de una boda. Sus destinos no tendrían que haberse cruzado nunca, pero cuando lo hicieron, se desviaron completamente de rumbo. Ahora se encuentran en una persecución sin descanso por un mortal y engañoso incidente de espionaje.
Si hay algo en lo que insisto dentro de los comentarios en el blog, es que de todo y de todos se puede aprender. Que nunca podemos estar seguros con completa certeza, de en qué lugar vamos  a poder encontrar alguna 'semilla de sabiduría'. ¿A qué nos obliga eso? Pues a estar siempre alerta y dispuestos a encontrar, incluso en aquellas situaciones o lugares en las que a priori parece que no hay nada que descubrir o aprender.
Ejemplo sería la frase de hoy. El contexto es lo de menos, lo que quería decir exactamente el protagonista con ella casi también; nos quedamos simplemente con la frase, porque explica esa tendencia muy humana del “ya lo haré” y que generalmente conduce a que nunca se haga.
Tratemos de hacer aquello que merezca la pena ser hecho de forma inmediata. Posponer algo para cuando llegue un momento más oportuno, hace desaparecer el deseo de hacerlo, porque dos momentos nunca serán iguales y lo que tiene sentido hoy, tal vez carezca de todo sentido y toda lógica mañana y quizá nos arrepintamos de haber desaprovechado el instante fugaz, en el que todo encajaba y el cuerpo y la mente nos pedían hacer aquello que ya perdimos para siempre.
Reflexión final: “Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa.” (William Shakespeare)
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