323.- “El descanso pertenece al trabajo como los párpados a los ojos.”

Autor: Rabindranath Tagore. ¡Por fin vacaciones! Dicen que para conocer bien a un hombre no es tan importante saber en qué se ocupa, sino en qué se desocupa. Y es que si bien el trabajo es parte capital del bienestar (siento discernir con quien no lo crea así y más bien lo interprete como una condena), el descanso es inherente a una vida saludable.
La metáfora de un arco siempre tenso y a punto por ello de romperse en cualquier momento, resulta bastante gráfica a la hora de explicarnos el porqué conviene 'destensarnos' de cuando en cuando, si no queremos quebrar.
Hay que saber trabajar, sin duda, pero también resulta crucial saber descansar y aprovechar los momentos sin obligaciones, para disfrutar de lo que nos prohibimos cuando hay compromisos de por medio. Y no creas que resulta sencillo encontrar la forma perfecta de relajarse y divertirse. Quilón de Esparta decía que hay tres cosas difíciles: guardar un secreto, soportar un agravio y emplear bien el ocio.
Para mucha gente las vacaciones significan básicamente no hacer nada. Otros sin embargo, tratan en ellas de descubrir nuevos mundos y ambientes lo mas alejados posible de su universo cotidiano. Para algunos mas son una fiesta interminable y por momentos agotadora, y para ciertas personas una manera de escapar. ¿Escapar de qué? Pues de la rutina, de la presión o incluso de una vida con la que no se está de acuerdo. En todo caso, para estos últimos y citando a La Rochefoucauld: Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte.
En fin, que durante el mes de agosto iré llevando a la portada del blog las entradas más leídas (las que supuestamente han tenido una mayor aceptación). Mantendré el contacto y respondere a los comentarios que hagáis en el grupo de Facebook y en septiembre continuaremos, como si tal cosa, con la entrada 324.
El prçoximo 10 de agosto se cumplirá ya un año desde que puse en marcha este blog y sólo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos que os habéis pasado alguna vez por aquí y especialmente para los seguidores, tanto en el blog como en Facebook. Nunca pensé que esta experiencia pudiera llegar tan lejos, la verdad.
Reflexión final: Si nunca afrontas la pena de partir, nunca conocerás la alegría de regresar.