Autor: Eusebio Gómez Navarro. ¿Qué es lo que consideras más difícil a la hora de emprender un largo camino? Estoy seguro que tu mente se detendrá en diferentes conceptos, y que todos ellos resultarán cruciales para afrontar el viaje que se pretende, pero para mí, lo más complicado a la hora de empezar a caminar, es aparentemente lo más pueril: ponerme los zapatos.
No estoy hablando, obviamente, de la acción puramente mecánica de calzarse y atarse los cordones, sino de la toma de conciencia definitiva o la decisión final y concreta, y ya sin postergación posible, que te activa y te pone en marcha.
Podrás, que debes, planear y estudiar el recorrido. Podrás establecer si caminarás solo o en compañía. Determinarás si cargas con tal o cual equipaje. Te ejercitarás mentalmente para superar el trayecto, pero de verdad, y estando todo ello muy bien, sólo podrás decir que has comenzado cuando te dirijas a tu armario zapatero, extraigas de él el par de botas con las que vas a marchar, te las calces y des el primer paso.
Podemos disfrutar cuanto queramos del proceso de preparación, pero si este se eterniza y tu cabeza sigue por mucho tiempo premeditando lo que harás y cómo lo harás, sin hacer, gastarás todas tus fuerzas y comprobarás sobrecogido que el paisaje no ha cambiado y que sigues exactamente donde estabas.
No te hace falta tener absolutamente todas las respuestas para empezar y sólo te bastaría, quizá, con aplicar la llamada “Sabiduría del senderista”.
Procúrate un destino, porque nadie avanza sin meta y comprométete con esa meta como si te casaras con ella. No te quites mentalmente nunca las botas de caminar. Prepárate para padecer, y no sólo la abrupta dureza del camino o las inclemencias del tiempo, sobre todo la incomprensión de los perezosos que intentarán que renuncies. Descarta los atajos y los rodeos. No tengas miedo a las subidas y controla tu ritmo en las bajadas. Exígete todos los días un paso más cuando el depósito de energía esté ya vacio. Disfruta del paisaje y no te importe detenerte para observar, cuando de verdad te merezca la pena hacerlo.
Y así llegarás, tal vez con esas botas que decidiste ponerte ya raídas, rozadas y cubiertas de barro, pero llegarás, y cuando lo hagas, cuando por fin digas ¡lo he conseguido¡, seguro que no cambiarás esa sensación por ninguna y te sentirás el rey del mundo, o al menos de tu mundo; el que tú sólo y con tu esfuerzo lograste alcanzar.
Reflexión final: “Proyecta lo difícil, partiendo de donde aún es fácil. Realiza lo grande partiendo de donde aún es pequeño. Todo lo difícil comienza siempre fácil. Todo lo grande comienza siempre pequeño.” (Lao Tsé)
Revista Coaching
343.- "Empezar a caminar es fácil; lo difícil es mantenerse en el camino hasta llegar a la meta."
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