Revista Coaching

346.- "Tu actitud, no tu aptitud, es la que determinara tu altitud."

Por Ignacionovo
Autor: Zig Ziglar. El delantero coloca, atendiendo al rito de costumbre, la pelota en el punto de penalti. Retrocede unos pasos (siempre los mismos en una mecánica ya refinada con la práctica), observa panorámicamente la portería y la posición del guardameta rival -con quien tal vez intercambia una mirada de engaño- y se mantiene a al espera hasta recibir del árbitro el visto bueno para chutar.
Siempre me intrigó ese momento de máxima tensión e invariablemente se despierta mi curiosidad por saber qué estará pensando el jugador en ese instante crucial.
Si dramatizamos la situación, ese gol podría significar un campeonato y la culminación a todo un duro trabajo previo. Y así, y según entiendo, en la mente del deportista se hará de repente la noche y sentirá una especie de foco radiante reparando sólo en él. De testigos, no siempre mudos, cien mil personas, a las que añadir millones de telespectadores... y todos pendientes de lo que hagas. Sabes que, para bien o para mal, estás escribiendo la historia de ese momento y que lo que hagas será recordado y admirado o lamentado para siempre.
Ante una situación crítica como esta, hay dos maneras de discurrir: “si marcó el gol ganaremos la Copa, haré felices a mis compañeros y a la afición, disfrutaremos de la victoria y nuestra leyenda se engrandecerá. ¡Voy a marcarlo¡” o bien: “si falló, perderemos la Copa, mis compañeros estarán desolados, la afición decepcionada y mañana los periódicos hablarán de mi como el culpable de la derrota. ¡Que gran responsabilidad¡”
Cuenta, obviamente, la técnica, la experiencia y otra serie de variables más o menos objetivas, pero la actitud con la que afrontamos determinados momentos clave en nuestra vida, resulta decisiva para superar cada reto por difícil que resulte.
En este caso, decirte a ti mismo e incluso convencerte de ello, que vas a marcar ese gol, no te garantizará que lo vayas a hacer, pero, sin duda, estarás mucho más cerca de lograrlo que si piensas en todo lo que conlleva fallar.
El pensamiento positivo es el primer paso y el motor que te mueve hacia tus metas. Si de entrada piensas que lo que vas a hacer, va a salir bien, tendrás la mitad del camino recorrido.
Reflexión final: El delantero del post de hoy marcó finalmente su gol, porque las derrotas duelen, aleccionan, fortalecen, pero jamás inspiran. Ahora nos vamos a celebrarlo…

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