348.- ¿Cuál es la distancia entre alguien que logra sus metas consistentemente y aquellos que se pasan la vida siguiendo a los demás? “La milla extra.”

Autor: Gary Ryan Blair. No voy a ser muy popular con esta entrada del blog, supongo, y mira que lo siento, pero es parte del juego de la vida escuchar algunas veces lo que tal vez no quisiéramos oír. Si nos limitamos a atender sólo lo que nos complace, nos convertimos en seres demasiado vulnerables y a merced de aquellos que, con un fin interesado, son expertos en decir exactamente sólo lo que los demás quieren escuchar colmando su discurso de palabras insinceras.
Lo que propongo hoy es simplemente trabajar más de lo habitual… y sin nada a cambio por hacerlo. Es decir: sin incremento de sueldo ni nuevos pagos en especie, sin ventajas fiscales añadidas, sin aumento de vacaciones u otras prebendas varias, sin ascensos de por medio, sin tan siquiera alguna que otra palmada en la espalda de vez en cuando, como mínima recompensa a ese sobreesfuerzo añadido.
Para que nos entendamos, porque seguro que te lo estarás preguntando: ¿Trabajar más porque si? Pues sí, se podría decir que eso es lo que estoy proponiendo... ¿Me he quedado solo o todavía sigue alguien por ahí? Continuo escribiendo, por si acaso la estampida ha dejado algún rezagado.
Todo esto proviene de un concepto muy extendido, sobre todo en EE.UU., y que allí denominan: “La milla extra”. Pero, ¿en qué consiste exactamente? Podríamos definirlo, como el hecho de hacer un esfuerzo adicional más allá de lo estipulado, a la hora de cumplir con una tarea.
Si nos pusiéramos en el piel de un corredor de maratón a punto de acabar la carrera (extenuado, deshidratado y vencido por el descomunal esfuerzo), se trataría  de que una vez traspasada finalmente la línea de meta, sigamos corriendo todavía más allá.
La esencia de la reflexión de hoy, es que si somos capaces de dar un poco más de aquello que se nos pide, estaremos constantemente rebasando nuestros límites y superando las expectativas.
A veces bastará con dedicar una hora más a revisar el trabajo ya dado por concluido. A veces tendremos que dedicar un poco más a verificar y reexaminar lo ya proyectado, por si fuera posible aportar, tras un postrer reconocimiento, mayor creatividad, más eficiencia o menor coste a lo ya planeado. En definitiva, dedicar un tiempo extra (sólo una milla, y no esfuerzos inacabables) a tratar de mejorar lo que quizá pueda ya estar bien. 
Reflexión final: Aquello que decía al principio, de que se trataba de trabajar más sin nada a cambo, tiene obviamente una cierta trampa. Tú y yo sabemos que tu milla extra, te situará con ventaja frente al resto. Pero, por otra parte: ¿quién quiere correr cuando la carrera ya ha terminado?