Revista Coaching

359.- “Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.”

Por Ignacionovo
359.- “Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.”Autor: San Agustín. Existen diversos estudios que señalan que cuando se alcanza determinado nivel de confortabilidad económica y se tienen, por tanto, garantizadas las necesidades vitales básicas o primarias, cualquier incremento de riqueza añadido no garantizará en absoluto una cuota mayor felicidad. De hecho, se ha observado que los ganadores de un sorteo de lotería y tras la lógica euforia inicial, al cabo de un año vuelven recuperan el mismo grado de felicidad que tenían antes de la consecución del premio.
¿Cuánto dura la subida de adrenalina que proporciona lograr lo que uno ansiaba, antes de arrinconarlo para desear otra cosa más?
Si preguntáramos a cualquier persona lo qué le gustaría que pasara en su vida en este preciso instante, la gran mayoría contestarían casi de forma autómata: ganar mucho dinero de golpe y retirarme de por vida a una isla paradisiaca, pero, sobre todo, no volver nunca a trabajar. El cliché de esta respuesta está tan extendido que podría hacerse la encuesta casi en cualquier lugar del mundo con idéntico resultado.
¿Cuántos de los encuestados contestarían que lo que les gustaría es ser felices, teniendo mucho o poco, sintiendo la emoción de vivir cada día, con familia y amigos a los que querer y cuidar y un trabajo que les apasionase?
Lo cierto, es que se intentan llenar vacios con objetos equivocados. La falta de amor no se puede ocupar con un coche nuevo, la de alegría no la llena ni el mejor chalet y ni tan siquiera un yate abarca a completar el vacio desolador de la soledad.
Diógenes, el filósofo griego se encontró con Alejandro Magno cuando este se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba a la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo... Daba la impresión de ser un un hombre completamente sereno y feliz. Alejandro no daba crédito a toda la paz que irradiaba aquel hombre. Tan maravillado se sintión contemplando aquella escena que no tuvo por menos que exclamar:


“Señor...” - jamás había llamado “señor” a nadie en su vida- “...señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted. ¿Hay algo que pueda hacer?”
Diógenes dijo: “Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más.”


Alejandro contestó: “Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en alguien como tú”.


Diógenes rió y dijo: “¿Quién te impide serlo ahora? ¿A dónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos ¿A dónde van, para qué?”.


Dijo Alejandro: “Voy a la India a conquistar el mundo entero”.


“¿Y después qué vas a hacer?”, preguntó Diógenes.


Alejandro dijo: “Después voy a descansar”.


Diógenes se rió de nuevo y exclamo: “Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo que necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte ¿Por qué no lo haces ahora? Y además te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje”.
Reflexión final: Si lo poco es suficiente, lo mucho es un error. (Atilano Magadan)
359.- “Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.”

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