Revista Coaching

362.- “Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo.”

Por Ignacionovo
362.- “Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo.”Autor: Séneca. ¿Cómo respondes ante una promesa hecha a ti mismo o a los demás? ¿Te moderas a la hora de prometer, pero una vez lo haces cumples hasta el final? ¿Prometes, pero luego olvidas?
La definición de promesa se explica en el diccionario como: “la expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo.” Voluntad, que no certeza, con lo que además de la intención tendremos que añadir la acción, si queremos que la promesa se concrete.Lo podemos ver como una especie de contrato; de hecho, hay un tipo de contrato llamado “Contrato de Promesa”, en el que el que una de las partes o ambas, se obligan dentro de un cierto lapso a celebrar un contrato futuro. O sea, no hay nada en realidad, pero basta la promesa firme de acuerdo para saber que sin duda lo habrá.
La palabra que damos tendría que tener rango de Ley. Es decir, debemos de ser consecuentes con aquello a lo que nos comprometemos y poner todos los medios para cumplirlo una vez realizada la promesa. Y mejor nos iría si antes de prometer alegremente nos parásemos a pensar en si disponemos de las herramientas, del método o del coraje y la voluntad suficientes como para cumplir, porque ante los demás hay pocos rasgos del carácter que más se valoren que el hecho de ser hombres y mujeres confiables.
¿Y si no cumplimos lo que prometemos?, pues que faltar a nuestra palabra nos duela y nos avergüence. Que nos sintamos más pequeños y peores si no cumplimos, porque nadie nos obliga a ofrecer lo que no estaremos dispuestos a entregar.
Y ya que la entrada de hoy trata sobre las promesas, os dejo una retahíla de ellas que nacen de la reflexión del escritor Christian D. Larson y cuyo estricto cumplimiento (difícil, pero no imposible), nos acercaría a ese concepto de excelencia vital, que todos, en buena lid, deberíamos perseguir con afán.
"Prométete a ti mismo: ser fuerte y que nada pueda perturbar tu paz mental. Hablar sólo de salud, felicidad y prosperidad con cada persona que encuentres. Ver lo bueno de todo y hacer del optimismo una realidad. Pensar sólo lo mejor, trabajar lo mejor que puedas y esperar lo mejor. Ser entusiasta no solo con tu éxito, sino también con el de los demás. Olvidar los errores del pasado y enfocarte en los logros del futuro. Ser amable con todos. Dedicarte a ser sobresaliente para que no tengas tiempo de criticar al resto. Pensar lo mejor de ti mismo y proclamar esta verdad no con palabras, sino con acciones. Tener fe en que el mundo esta de tu lado mientras tú das lo mejor de ti".
Reflexión final: Prometer sin llegar a cumplir, es como envolver un regalo y no entregarlo. Te molestará siempre verlo encima de la mesa.
362.- “Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo.”

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