El director médico del Departamento de Bomberos, el doctor David Prezant, dijo que más de 2.100 bomberos y personal del EMS – Servicios Médicos de Emergencia - se han retirado por discapacidad con enfermedades relacionadas con el WTC, en su mayoría enfermedades pulmonares y cáncer, desde el 9/11. "Debido a la naturaleza física de sus puestos de trabajo, estas enfermedades han tenido un tremendo impacto en nuestros miembros y sus familias", dijo en un comunicado. La cifra sombría incluye 109 miembros del FDNY que han muerto a causa de enfermedades vinculadas al WTC, 44 de ellos por cáncer.
Nota: Recordar que dos días después de la caída del World Trade Center, el entonces alcalde Giuliani dijo : "El aire está limpio respecto a agentes químicos y biológicos”. Pasado un mes de los ataques, dijo, "La calidad del aire es seguro y aceptable”. En consecuencia, los miles de trabajadores trabajaron sin los protectores respiratorios adecuados. Llevaban máscaras que usan los pintores o directamente nada.
La investigación ha encontrado que los tipos de cáncer más frecuentes entre los miembros del FDNY que sirvieron en la Zona Cero son los de tiroides, colon, próstata y cáncer de la sangre, dijo un portavoz.
El Jefe Adjunto del FDNY Thomas Riley, de 58 años, cayó bajo un linfoma no-Hodgkin, un cáncer de la sangre. Pero que en un giro raro, se formó un tumor detrás de su ojo derecho. "Eso fue un shock", dijo a The Post.
El 11 de Septiembre, el veterano bombero estaba de vacaciones en su casa en Long Island. Corrió a su estación de bomberos de Jackson Heights, la escalera 154, camión 307, y condujo a sus tropas a la zona cero. Cavaron buscando supervivientes hasta las 3 am, y volvieron todas las mañanas durante toda la semana. "Durante todo el día, había escombros en tus ojos. Constantemente te estabas enjuagando los ojos", dijo Riley. Él trabajó en la fosa durante meses en la búsqueda de restos.
En diciembre pasado, después de episodios de fatiga y que los amigos notaban sus ojos caídos, los médicos diagnosticaron una masa orbital linfática. Con licencia médica, ha sido objeto de una biopsia y radiación para reducir el tumor. Pero los tratamientos dejaron su ojo vulnerable a la luz brillante, el polvo y el viento. Usa gotas para lidiar con el dolor. Tendrá que ir cada seis meses de por vida a chequearse por si el cáncer regresa o se extiende a su otro ojo.
Riley y otros que trabajaron en la zona cero presionaron al Congreso el mes pasado para instar a una extensión del Fondo de Compensación a Víctimas del 9/11, lo que garantiza el tratamiento médico para el personal de la Zona Cero y otras personas expuestas al polvo tóxico y humo.