Revista Espiritualidad

386.- "Tú me diste estas emociones, pero no me dijiste como usarlas."

Por Ignacionovo
Autor: Mary Shelley (Frankenstein). Hablemos de las emociones, comenzando por su definición más o menos formal:un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia, y que tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Dicho de otra manera: las emociones son básicas para sobrevivir.
A lo largo de la historia la parte más racional del ser humano siempre ha prevalecido en consideración y crédito respecto a su parte más emocional. Como si en el oficio de vivir, las emociones resultaran un mal necesario a superar cuanto antes, para colocar de nuevo en primer plano y lo más rápidamente posible a la lógica y la sensatez que deben imperar y guiar nuestros pasos en la vida. Y así, el ser humano se ha visto inmerso en lucha permanente por reprimir sus emociones y aunque afortunadamente el planteamiento ha evolucionado, todavía hay gente hoy que contempla que la expresión de las emociones como un síntoma de falta de urbanidad y de carácter.
No obstante, y a pesar de las apariencias formales escondidas tras pintorescas y absurdas caretas: todo el mundo siente, y las emociones internas son el termómetro perfecto que nos marca la temperatura respecto a aquello que nos motiva, lo que deseamos, lo que necesitamos o nos hace sufrir y si escuchamos su rumor (a veces fuerte, a veces quedo) con la atención adecuada, también son capaces de marcarnos, como una perfecta brújula, el camino idóneo hacia lo que anhelamos.
Cualquiera se ha encontrado en situaciones en las que aparentemente todo lo que se nos muestra indica una dirección a seguir muy concreta y sin embargo, sentimos dentro que tenemos que ir en dirección opuesta. ¿Qué haces tú en casos así? ¿Evalúas la situación y simplemente tomas una decisión racional basada en criterios objetivos o desoyes los datos y te dejas llevar por la intuición?
Emocionémonos sin vergüenza, sería la llamada de atención de hoy, porque las emociones resultan esenciales para una vida plena... y para ser entendidos, porque sólo pongamos como ejemplo que los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos, manifestamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que reflejan distintos grados de alegría. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos... que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras.
Reflexión final: Por un lado está lo que el mundo nos dice que es razonable hacer, y por otro lo que nuestro mundo interior siente que deberíamos hacer. No es fácil elegir, pero cuando escuchamos nuestra voz interna de una forma nítida, inequívoca y convincente, lo que sí parece una impiedad y un error fatal es desoírla por completo.


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