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Volviendo a la esencia del hombre, somos en si mismos, y aunque mantenemos identidad propia nos afirmamos tal y como somos ante los demás.
Así, la base de nuestro ser es en realidad una influencia permanente de los demás y del entorno en general: nuestra educación, nuestra familia, el nuestras experiencias con los demás han ido confirmando nuestros valores, nuestra visión del mundo y también nuestra forma de ser en sociedad.
Además, esos valores y nuestra propia concepción de la ética y la moral, son los principios reguladores de nuestras relaciones sociales.
Si ahondamos en el sentido de integración social éste posibilita a las personas que se encuentran en un sistema concreto a participar de acuerdo a sus reglas de comportamiento. Y en ese campo atendemos a tres cuestiones relevantes:
- La pluralidad, como la diversidad de personas, actitudes e intereses.
- La presencia y la visibilidad, como la necesaria interrelación física
- La conveniencia, como la elección de personas con las que interactuar para la consecución de unos fines particulares.
La integración social es como consecuencia un proceso dinámico y multifactorial que supone que gente que se encuentra en diferentes grupos sociales (ya sea por cuestiones económicas, culturales, religiosas o nacionales) se reúna bajo un mismo objetivo o precepto.
Y es aquí donde, entre iguales, surgen la dinámica de las relaciones bajo nuevos principios del ser social:
- La solidaridad
- La justicia y la equidad
- La comprensión y la aceptación
- La colaboración y el servicio
1132718CompárteloPara una marca personal el principio de integración es una condición sine qua non, ya que la marca pierde sentido sin la visibilidad y la colaboración social.