Revista Cultura y Ocio

4 errores correctos en español

Publicado el 22 agosto 2017 por María Bravo Sancha @Labocadellibro
Del revés nos hemos quedado al conocer la realidad de algunas palabras en español. Y es que, en una de mis últimas visitas a la biblioteca, me he topado con Errores correctos, el último ensayo de Albert Gómez Font conocido por sus libros amenos sobre los usos de nuestra lengua, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y exdirector del Instituto Cervantes de Rabat entre otros cargos de importante índole. En particular, es un autor que me gusta por su forma cercana y amena de contarnos cómo funciona la lengua. Campechano como él solo. Pues bien, una vez puesta en faena con el libro, hice una criba un tanto caprichosa y nada fiable sobre palabras que podemos usar en verano. Palabras que en un principio no eran del todo correctas, pero que ya forman parte de nuestro diccionario.

4 errores correctos en español

Julie Komenda, Glamour


Americano
La primera vez que esta palabra apareció en un diccionario fue en 1705, concretamente en el Nuevo de las lenguas española y francesa, de Francisco Sobrino. En la edición posterior de 1770, se especificaba que un americano era natural de América o lo que pertenece a ella. En la actualidad, hay confusión con respecto a esto, porque cuando dices que vas a ir a América, se puede dar por sentado que vas a Estados Unidos. Sin embargo, el continente americano, abarca desde la Partagonia hasta Alaska. ¿Por qué entonces nos concentramos solo en los Estados Unidos? Porque en inglés american se usa como gentilicio del continente y de los Estados Unidos. En español, lo correcto sería decir estadounidense o norteamericano. Tanta confusión, hizo que en 2001 el Diccionario añadiese una nueva acepción a americano, y ya puede leerse 'estadounidense'.
Bikini
Esta palabra no entró en nuestro Diccionario hasta 1984, ¡y cuánta lata dio! Pregunta, ¿se escribe con k o con q? Fue un tema complicado incluso para los académicos, ya que en cada versión del Manual de estilo ponían una cosa distinta. Por ejemplo, en 1985, dijeron siempre bikini con k, tanto para designar la isla del Pacífico, como cuando se trate del bañador. En 1994 escribieron mantener bikini con 'k' para designar la isla del Pacífico, y con 'q' cuando nos refiramos al bañador. Por último en el 2008: es preferible la forma bikini para designar tanto a la isla del Pacífico como al vestido de baño. También es válida la grafía bikini. Conclusión, cuando dudes de la grafía de una palabra, piensa que alguien por ahí arriba ya sudó la gota gorda para fijar y dar esplendor.

Imagen relacionada

Olivos con cielo, amarillo y sol, Van Gogh


Climatología
¿Qué climatología está haciendo este verano? Esta frase nos puede sonar estupendísima de la muerte. Lo cierto es que la palabra se registró por primera vez en 1884 en el Diccionario con el significado de 'tratado de los climas'. Exacto, la climatología era la ciencia que se ocupaba del estudio de los climas, y a finales del siglo XIX, ya se decían frases como: sabido es que la climatología oceánica y la terrestre no son iguales. Es decir, se empleaba con un significado distinto al que recogía el Diccionario, y que no llegó hasta 1994, tal fue conjunto de las condiciones propias de un determinado clima. Este significado que venía usándose desde 1986, tardó casi cien años en ser aceptado. El problema, nos dice Font, era que los periodistas la han usado como sinónimo de 'clima', pero esa palabra aún no figura como sinónimo de clima. Aún.
Glamour
Pregunta, ¿de qué idioma es el origen la palabra glamour? Pista: no viene del francés y no se pronuncia /glamúr/. Lo cierto es que esta palabra llegó del inglés, en la que coexisten dos grafías: glamor y glamour. Lo curioso es que según los datos de la Real Academia Española la grafía glamor solo se ha usado una vez desde 1996. Quizá la forma glamour es mucho más glamurosa. Como dato anecdótico, en 1989 el Manual del español urgente aconsejó usarla mejor por encanto, atractivo o hechizo, aunque finalmente la lengua, como tiene vida propia, hizo caso omiso.
Madrugada
Relacionamos siempre la madrugada con el amanecer. Hasta el año 1992, en los diccionarios de la Real Academia, la madrugada era el alba o el amanecer, pero ya en la edición de 2001 añadieron una segunda acepción en la que dicen que es el tiempo posterior a la medianoche y anterior al amanecer. No aconsejaban usarlo para las doce de la madrugada. No obstante, ellos mismo se comieron sus palabras, ya que en el Diccionario del 2001 admitieron, como se puede leer hoy en día: Tiempo posterior a la medianoche y anterior al amanecer. Olé.
Como veis, la lengua siempre está en constante transformación. Lo que hoy es incorrecto, mañana puede estar admitido en el Diccionario y aquí no hay pasado nada, señores. Y bien, ¿se os ocurre alguna palabra que haya pasado por algún proceso transformador similar? 
Escrito por María Bravo
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