45 years (Andrew Haigh, 2015. Gran Bretaña): una pareja, en la senectud y en la semana de celebrar su aniversario por los años juntos (tantos como el título), retirada en el campo y que ha estado junta la mayor parte de su existencia, recibe una misteriosa carta que pondrá a prueba los cimientos de sus sentimientos. Quien dirigiera aquél alabado dramón homosexual titulado Weekend (2011) vuelve con otro relato de tinte romántico, en este caso situado en la vejez, donde los celos y los secretos de un pasado (o sea, la vida itself) de algo que ya no se puede, ni se debe, volver a tener, toman un protagonismo capital. La contenida precisión y sutilidad de Haigh tras la cámara, más una inmensa Rampling, la cual recibió un aluvión de elogios por su labor, premiada en Berlín y Valladolid y muy apreciable en la escena del desván, hacen de esta propuesta británica una experiencia a aplaudir sin restricciones.