La guerra de Siria atraviese otro nuevo capítulo. Esta semana los líderes de los principales países involucrados en el conflicto; Estados Unidos, Rusia, Turquía y Arabia Saudí, se reunieron en Viena para resolver sus diferencias acerca de la transición política de Siria tras la guerra. El problema, el de siempre, la presencia o no de Bashar al-Asad en esta nueva etapa. Aunque parece que las posiciones de los contendientes se han acercado en las últimas semanas, las diferencias son más importantes de lo que aparentan las fotos realizadas expresamente para los medios de comunicación. La realidad, detrás de la 'fachada' de apariencia democrática que se intenta dar en las negociaciones, es que la posición de Siria en el organigrama geo-estratégico mundial es demasiado valiosa. Detrás de la aparente misión humanitaria de 'restaurar' una democracia en el país árabe, hay potenciales intereses focalizados fundamentalmente en la industria de la energía.
Primera clave. Un 'Canal de Suez' gratuito. Es cierto que Siria no dispone de demasiado petróleo, pero eso es lo de menos cuando puedes ahorrarte unos cuantos dólares en el transporte. Para dar salida al mar a los recursos energéticos obtenidos de los yacimientos de Irak y Arabia Saudí es necesario pagar las tarifas del Canal de Suez de Egipto. A parte de pagar las tarifas del canal, es preciso rodear toda la península arábica para llegar a Suez, lo que supone también un encarecimiento de los portes. En cambio, si la salida al mar se realiza a través de Siria ese proceso sería mucho más rápido, evitando de esta manera sobre-costes asociados al transporte de petróleo y gas a Europa. Un punto a favor de los petro-dólares para influir en el control del país sirio.
Segunda clave. La posición estratégica. A parte de ser una vía directa para dar salida al mar a los hidrocarburos arábicos, Siria también tiene ventajas en lo que respecta a la geo-estrategia. Rusia dispone de una base fija en el país árabe que le permite estar presente en una zona clave del mediterráneo. La base naval de Tartus tiene su origen en plena guerra fría, gracias a un acuerdo bilateral firmado en 1971. La URSS, que por aquel entonces estaba en enfrentamiento directo con Estados Unidos, adquiría en un momento clave una plaza estratégica para sus submarinos en el mediterráneo. Por otro lado, Estados Unidos observa la amistad entre al-Asad y Rusia como una espina clavada. Sin pelos en la lengua se puede decir que 'jode' demasiado ver a un enemigo tan cerca de las posiciones de control de Estados Unidos en la zona. El monopolio del Mediterráneo, tan preciado en determinados momentos históricos, es inviable para los norteamericanos con la base rusa en Siria.
Tercera clave. Las diferencias religiosas. La mayor parte de los ciudadanos sirios son suníes (70%). En cambio el gobierno de al-Asad es de herencia alawí, una minoría de la rama chií (13% de la población). Aunque ambas ramas religiosas pertenecen al Islam, las diferencias en la interpretación del Corán y de la Sharia, marcan las diferencias entre ambos grupos, desembocando en guerras y conflictos religiosos en diferentes países. Actualmente la oposición al régimen de al-Asad es predominantemente suní (que son la mayoría) encabezada por los rebeldes del frente islámico (no confundir con el ISIS). Junto a estos grupos opositores al gobierno, existen otros grupos más radicales, vinculados al yihadismo mas exacerbado, como por ejemplo Al-Nusra (Al-Qaeda en Siria) y el Estado Islámico. Además de los musulmanes, hay grupos de otras religiones repartidos por Siria, como son los cristianos y los yazidíes (kurdos).
Cuarta clave. La inestabilidad política. El origen de Siria se remonta a la ocupación anglo-francesa en la I Guerra Mundial. Desde la independencia en 1941 hasta el día de hoy el gobierno de Siria ha estado sacudido por permanentes golpes de estado. La etapa institucional más 'estable' ha sido la más reciente hasta la guerra civil, es decir, la que se inició con el golpe de estado de Hafez al-Asad, el padre del actual presidente, en 1970. La Primavera Árabe, que según algunos historiadores fue promovida por Estados Unidos, puso los cimientos de la actual guerra civil. El interés de EEUU por desestabilizar políticamente el país está basado principalmente en frenar el apoyo pro-ruso de al-Asad y controlar en exclusividad una posición clave para la geo-estrategia norteamericana en Oriente Próximo.
Quinta clave. El Estado Islámico. La posición de los diferentes bandos del conflicto sirio parece coincidir en una única cosa: acabar con el Estado Islámico. Sin embargo, es extraño que, a pesar de esta unánime 'alianza', el ISIS haya visto crecer su importancia en los últimos meses tanto en Siria como en Irak. Sorprendentemente, la incorporación de Rusia a la guerra ha cambiado la situación frente al grupo radical. En apenas unas semanas de bombardeos selectivos rusos, el debilitamiento del Estado Islámico ha sido más intenso que en meses de ataques estadounidenses. Quizás el hecho de que el ISIS y los rebeldes tengan objetivos comunes tenga algo que ver también.
¿Se acerca el final? Parece poco probable. La guerra tiene muchos protagonistas y todos, valga la redundancia, tienen afán de protagonismo. Los actores principales tienen objetivos comunes (ISIS) y diferenciados (futuro de Siria). Estas diferencias hacen más difícil manejar una situación compleja cada vez más estancada. Las última reuniones, junto con la labor diplomática de Europa, tratan de acercar posturas de cara a llegar a un acuerdo sobre el futuro político de Siria. El presidente Putin apoya el mandato de al-Asad más allá de la guerra. Tanto España como Reino Unido están a favor de la presencia inicial de al-Asad en un gobierno de transición aunque con fecha de caducidad. Por su parte, Estados Unidos y Arabia Saudí se muestran contrarios a que al-Asad siga dirigiendo el país sirio.
Entre medias de todo esto, millones de refugiados viajan a través de miles de kilómetros hacia un hogar en tierras europeas. Los intereses económicos de minorías preocupadas principalmente por sus carteras, condicionan la vida de mayorías preocupadas fundamentalmente por tener algo que llevarse a la boca. Las guerras dejan siempre víctimas. Víctimas inocentes y anónimas que no salen en los telediarios.