Revista Comunicación

5 cuestiones sobre la privacidad

Publicado el 12 septiembre 2014 por Lorena White @lorenagwhite

(Sé que los viernes toca post flojito, pero tenía esta entrada en el tintero y me apetecía enseñárosla).

Al poco tiempo de irme de vacaciones, saltó a la palestra el caso de un hacker que había pirateado los móviles de varias famosas, sacando a la luz varias fotografías que formaban parte de su exclusiva privacidad. No me apetece escribir un post sobre esta noticia, ahora más trillada que la abdicación del Rey, ni tampoco quiero hablar de lo poco ético que me pareció que algunos medios no se conformaran con dar la noticia, sino con difundir y viralizar las fotografías de dichas famosas. Hoy me apetece reflexionar más bien sobre la cuestión de la privacidad en Internet, porque muchas veces no somos conscientes de ciertas cosas que implican el uso, con sentido común y cautela, de este espacio que, mal usado, puede desembocar en temas mucho más serios de lo que creemos.

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Suplantación de identidad, fraudes económicos, uso sin consentimiento de material fotográfico o contenido y difusión, en el ámbito público, de ciertos aspectos de nuestra vida privada, son algunas de las frecuentes maneras en las que se puede atentar contra la privacidad en Internet. Caer en ellas es, sin embargo, mucho más fácil de lo que a veces pensamos, ¿o es que nunca has pensado “esto a mí no me va a pasar”?

Usar la red con cautela y sentido común, es el primer paso para prevenir males mayores. Y aunque podría escribir varios posts de este tema, lo he intentado sintetizar a través de cinco cuestiones que me parecen fundamentales. ¿Cuáles añadirías tú?

1. ¿Qué compartes?

A veces no somos conscientes de que, una vez que subimos algo a Internet, aunque lo hagamos en una red protegida o privada, ya no nos pertenece. Quizá no en sentido literal, pues todavía algunas redes conservan el derecho de propiedad del material subido por sus usuarios, pero a veces una simple búsqueda puede dejar todo aquello que compartimos en Internet al descubierto. Por eso hay que tener cuidado con lo que compartimos, nos sintamos protegidos o no.

2. ¿Cómo lo compartes?

Seguro que has pensado que aunque tu blog, perfil social o web esté totalmente abierto a cualquiera, como lo leen y visitan pocas personas, no debes temer sobre cómo compartes tu contenido. En realidad, al igual que pasa con cada cosa que subimos, el cómo lo compartimos también es importante. Poner medidas de privacidad como permisos o tener una red privada, pueden ser mecanismos que ayuden a compartir el contenido, aunque es cierto que, como vamos a ver, no siempre son eficaces.

3. ¿Con quién lo compartes?

Muchas veces creemos que tenemos el poder de autorizar sólo a la gente a quien queramos, para que tengan accesible este contenido, y en realidad en parte es así, pero es cierto que existen muchas formas para que aquello que compartimos en la red quede al descubierto y, sobre todo, hay muchas personas desconocidas detrás de cada pantalla. Tener en cuenta no sólo qué compartimos y cómo, sino con quién, limita mucho que caigamos en ciertas trampas.

4. ¿Cómo evitar los problemas?

Utilizar contraseñas seguras y poco predecibles (y no repetir la misma en todos los registros); hacer limpieza de contactos en redes sociales de vez en cuando; no abrir correos sospechosos y tener el antivirus del PC al día, así como andarse con ojo con las benditas cookies, son algunas de las medidas que puedes llevar a cabo para evitar los problemas de privacidad, además de, como hemos visto, tener cuidado con lo que tú mismo lanzas a la red. Por supuesto, hay técnicas que, si no eres un hacker especializado, desconoces y quizá ni puedas combatir, pero más vale intentar poner todas las barreras posibles, que tener algún susto por no ser lo suficientemente precavidos.

5. ¿Cuáles son tus derechos y tus obligaciones?

Existen Políticas de Protección de Datos que protegen al usuario de Internet, así como avisos legales en cada página y Términos y Condiciones que, es cierto, no siempre leemos, pero que deberíamos. Muchas veces, nuestros datos como nombre, apellidos y correo electrónico, quedan en manos de personas o empresas a las que no hemos autorizado expresamente, pero que, al aceptar ciertos términos, hemos autorizado a tener acceso (¿No te preguntas de dónde sale tanto e-mail SPAM en tu correo si tú no pides recibirlos?). Lee los avisos legales de las páginas, intenta poner interés en las cuestiones legales cuando vayas a realizar una compra, busca opiniones de otros usuarios y denuncia comportamientos fraudulentos. Así quizá la red sea mucho más cívica dentro de unos años.

Y, por supuesto, no contribuyas a difundir contenido que ha sido robado de otros dispositivos ya que, por muy famosas que sean sus dueñas, también son personas con un derecho vital a su vida privada y a no ser juzgadas por lo que hagan dentro de ella, siempre y cuando no hagan daño o vulneren los derechos de nadie. Tampoco compartas vídeos o contenido que pueda herir la sensibilidad de los colectivos más débiles ni hagas publicidad (a veces con un RT es suficiente) de aquellos que se atreven a vulnerar la privacidad de otros.

Hasta el lunes, almas cándidas :)


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