Revista Blog

5 ideas para reconvertir tu trabajo en tu vocación

Por Lorena White @lorenagwhite

Normalmente uno tiene una vocación que aspira a convertir en su trabajo. Ha soñado toda su vida con ello, se ha preparado para ello, ha aceptado puestos precarios para meterse en ese mundo y, con más o menos suerte, ha sido capaz de empezar a trabajar en ello.

El mundo real es un poco más complicado. Requiere una visión mucho más compleja. Pueden pasar tantas cosas… La mayoría de la gente, no se dedica exactamente a lo que soñó cuando era niño, y hay otros a los que su trabajo soñado, no les satisface tanto como creyeron o simplemente, que la idea que tenían de él, no es lo que viven en su día a día.

Reconvertir tu trabajo en vocación

¿Y si se hiciera al revés? ¿Y si, trabajes en lo que trabajes, pudieras convertirlo en tu vocación? “Eso no se puede”, dirás. Pues yo creo que sí. De hecho, creo que nuestra generación, que debe estar tan preparada para ir a contracorriente y para luchar en el día a día por un mejor futuro, no sólo puede sino que tiene que hacerlo. No dejarse vencer por las adversidades, cambiar de forma de pensar y sobre todo, de actitud, para convertir su trabajo, temporal o indefinido, en su vocación.

NOTA: Convertir algo en tu vocación no significa que tengas que dedicarte a ello de por vida. Significa que, durante el tiempo que vayas a dedicarte a ello, pesen más las cosas buenas que las malas; lo que te aporta, que lo que te quita.

¿Y cómo se hace eso? Aquí van 5 ideas para vocacionar tu trabajo, y que la píldora amarga pase mejor:

1. Busca tu objetivo:

Si sientes que nada de lo que hagas en tu trabajo sirve para nada, si crees que no tiene sentido ir a trabajar, pregúntate cuál es tu objetivo. ¿Será ganar dinero a final de mes? ¿Será pagar las facturas? ¿Será tu forma de sostenerte mientras encuentras una oportunidad mejor? Buscando tu objetivo, le aportarás sentido a tu día a día, lo que te hará dejar de sentirte frustrado.

2. Aprende todo lo que puedas:

De todas la situaciones, incluso de las malas, se aprende en la vida. En el trabajo no tiene por qué ser distinto. Aprende de cada cosa que puedas aprender, haz preguntas, sé curioso.

3. Rompe la rutina para tomar la iniciativa:

No te limites a hacer simplemente lo que se espera de ti porque no te sientas suficientemente motivado. Sal de tus propios límites, propón cosas, no tengas miedo a dar tu opinión y a exponer tus ideas. Haz que tu potencial se note. Quizá esas tareas te ayuden aquello que sientes que te falta.

4. Apóyate en tus compañeros:

Probablemente, sentir que tu trabajo no te puede aportar nada, haya hecho que tus relaciones con los compañeros se limiten a saludaros por la mañana, tomar un café y almorzar juntos durante la hora de descanso. El apoyo, sin embargo, que puedes dar y que puedes recibir si amplías tu visión de esas relaciones y vas más allá, puede ser una de las razones por las que percibas tu trabajo de forma más positiva.

5. Eres el dueño de tu futuro… Y de tu presente:

No estás en esta vida para amargarte por el trabajo. Y tú eres la única persona que puede cambiar el rumbo de las cosas, que puede seguir formándose, que puede seguir buscando oportunidades y abriendo sus miras, ampliando su experiencia, mejorando como profesional. Si sientes que no tiene sentido hacer lo que haces, recuerda: sólo tú tienes el poder de cambiarlo (aunque a veces no te lo parezca).


Volver a la Portada de Logo Paperblog