Kuala Lumpur, la ciudad de las culturas
La mayor urbe del país, conocida a nivel internacional por sus Torres Petronas, posee una diversidad de religiones y culturas que se combina de forma armoniosa entre sus templos y edificios modernos. La población conserva la cultura islámica-malaya entrelazándose con la china e india. 46% de sus habitantes son musulmanes, 35% budistas, 8,5 hindúes, y 6% cristianos. Más allá de sus ladrillos, esta es la característica que sobresale volviéndola única.
Entre rascacielos, shoppings y hoteles de lujo aparecen sus edificios coloniales que te trasladan a la antigua Europa, templos hindúes y chinos, mezquitas y barrios caóticos repletos de olores exóticos. Sus parques son inmensos y poco tienen de selvático o desordenado. Por el contrario, el barrio chino es el caos dentro del orden mientras que la pequeña India aparece como una mancha de colores intensos en un sector alejado de la ciudad. Cada aspecto de Kuala Lumpur te traslada a una parte del mundo y, a su vez, a la Malasia de la pluralidad cultural.
Melaka, entre lo colonial y la antigua China
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, este pequeño poblado fue sultanato, colonia portuguesa, holandesa, británica y japonesa hasta el día de su independencia. Alberga descendientes de malayos, hindúes, portugueses, pequeñas congregaciones holandesas y una de las comunidades chinas más grandes del país.
La belleza de su pasado colonial, evidente en sus iglesias portuguesas y holandesas, contrastan con su pasado oriental de templos budistas y confucionistas. Los grafitis adornan los márgenes del río, dándole un toque moderno que cuenta la historia de un pasado complejo. Calles pequeñas y poco transitadas recorren las bambalinas de las residencias, dejándose encontrar únicamente por pies curiosos que corren detrás de algún felino en busca del camino de vuelta a casa. Mercados nocturnos cubiertos de chucherías y carros con comida, tiendas dedicadas al oloroso durian, barrios con casas tradicionales aún habitadas, gente que sonríe, tardes adormecedoras… Melaka podrá ser un punto turístico pero aún conserva la inocencia, el encanto y la tranquilidad de los lugares poco concurridos.
Disfrutando del frío y el té en Cameron Highlands
Las montañas de Cameron Highlands aportan al viaje un respiro del calor asfixiante del sudeste asiático. Tanah Rata, su pueblo, es el punto más alto de Malasia, accesible por carretera. El frío por las noches es intenso pero se ve compensado por las vistas diurnas de sus colinas cubiertas de plantaciones de té, sus selvas espesas que te transmiten la sensación de haber sido trasladado a un país de proporciones inauditas, los trekkings en busca de la flor más grande del mundo llamada Rafflesia, las aldeas de minorías étnicas aborígenes que te enseñan sus costumbres de caza y el merecido té con roti con miel al final del día.
Taman Negara te sumerge en la selva más profunda
Taman Negara, el primer parque nacional protegido, posee en sus 4.343 kilómetros cuadrados uno de los ecosistemas y bosques más antiguos del mundo con una edad estimada de más de 130 millones de años. La espesa vegetación de su selva está colmada de flora y fauna exóticas como el tigre malayo, rinocerontes, elefantes asiáticos, hongos fluorescentes y extraños insectos.
Las rústicas oficinas de turismo te ofrecen diferentes opciones entre las que se encuentran expediciones entre dos días y varias semanas en los cuales se debe optar por dormir en cuevas o en medio de la selva, practicar canopy, rafting o visitar los asentamientos aborígenes.
Taman Negara, pese a ser el destino de ecoturismo más visitado de Malasia, aún es un paraíso selvático mayormente impenetrable al que acuden muy pocas personas: un secreto bien guardado.
Las islas Perhentian: un paraíso encontrado
Pulau Perhentian Kecil y Pulau Perhentian Besar, al noreste de Malasia Occidental, pertenecen al Parque Nacional Marino Pulau Redang. Estas dos islas sin carreteras presentan playas de irreal belleza rodeadas por junglas espesas.
Si bien hay instalaciones turísticas, presentan una novedad para aquellos que vengan de las islas tailandesas ya que están prácticamente deshabitadas y en un estado muy puro de la naturaleza. Sus límpidas aguas permiten bucear con tiburones, tortugas marinas y manta rayas entre coloridos peces tropicales que habitan en sus corales. Para trasladarse de una playa a otra a veces hay que cruzar entre tupidos follajes, y otras no queda más remedio que tomar un bote-taxi.
Kecil es para mochileros amantes de las fiestas y las acrobacias con fuego, mientras que Besar está orientada a familias y aquellos que puedan costear su tranquilidad. Están tan cerca que brindan la ilusión de poder nadar de una a otra.