Llevar una vida desorganizada no nos conduce a ningún lado, por más que nos cueste reconocerlo. Piensa en tus amigos, familiares o compañeros del trabajo. ¿Cuantos de ellos viven en la total desorganización? ¿Sin llevar un control de sus horarios de entrada, reuniones, citas o fechas importantes? Personalmente, no conozco a nadie medianamente exitoso que no tenga, mínimo, una hora establecida para levantarse.
Cuando por fin decides comenzar a escribir esa gran historia que traes en la mente, sucede algo similar a cuando se comienza un nuevo trabajo: hay una inversión considerable de tiempo, esfuerzo y en este caso particular, también de dinero. Es por ello que la mejor (y me atrevo a afirmar, única) manera de lograr tus objetivos literarios es con una buena administración de tu tiempo.
Para lograr este correcto equilibrio necesitas de una gran dosis de disciplina, algo que desafortunadamente, muy pocos poseemos de manera innata, más nunca es tarde para adquirirla.¿Por qué es importante? Imagina que tienes un buen trabajo y una vida social activa, un buen día decides empezar a escribir y te das cuenta de que tú principal impedimento es el tiempo. Tú trabajo te mantiene ocupado la mayor parte del día y te niegas a hacer a un lado tú vida social. Sin embargo, aún así deseas escribir esa historia y la idea de dejarlo para después no te atrae. Estas en un dilema que aqueja a la mayoría de los escritores noveles y que, por suerte, es fácil de solucionar. Todo se reduce (de nuevo) a la palabra mágica: DISCIPLINA.
Aquí te doy cinco consejos para que adquieras la disciplina inherente al oficio del escritor
1. Es un trabajo
Antes de emprender esta complicada tarea, debes estar consciente que, para alcanzar algún resultado en el mundo literario, debes de considerar el oficio en serio, es decir, como un trabajo más. Y como todo trabajo, escribir requiere de un horario.Poco importa si no te "sientes inspirado" o andas escaso de ideas, para escribir tienes que asignarte un horario fijo. Escoge un momento del día en el que suelas tener tiempo para ti, comienza con 15 minutos diarios y paulatinamente ve incrementando la inversión de tiempo. Más importante un ¡respeta tu horario! Si comienzas con media hora a las 8.00 pm, planea tu tiempo para que a esa hora puedas escribir sin preocupación.
2. Programa tu día. Usa alarmas
Decide con un día de antelación que es lo que vas a hacer al día siguiente y apúntalo. Al principio puede resultarte estresante trabajar con lapsos de tiempo tan definidos. Probablemente gastes quince minutos entre ojeada y ojeada al reloj... ¡Cuando sólo dispones de media hora para tus actividades de ese momento! Para evitar la incómoda sensación no-se-cuanto-tiempo-me-queda, utiliza una alarma y prográmala para que suene cada media hora (o el tiempo en el que vayas a realizar tu actividad). Así te será más fácil pasar a otras actividades sin estancarte.
3. Escribe y escribe
Ya determinaste la hora del día en la que puedes dedicar unos minutos a escribir. Bien. ¡Ahora no dejes de escribir! Suele suceder que las primeras veces que te enfrentas a la pantalla en blanco no se te ocurre nada, parece que incluso olvidaste todo el argumento de tu novela, personajes incluidos. Esta situación es desesperante, lo sé, pero hay que tener paciencia. Si no puedes escribir el capítulo que tenías proyectado para ese día, escribe otra cosa, lo que sea: una historia corta, una entrada de diario con lo que te pasó en el día, una carta a alguien especial, etc. etc. El punto es no dejar de escribir
4. Archiva
¿Estás aprovechando tu tiempo de escritura para crear el background de tu protagonista? ¿Redactando un nuevo capítulo? ¿Escribiendo una escena importante? Perfecto ¡pero no olvides guardar tus documentos! Ya sea que uses procesador de textos o papel, todo lo que escribas debes de guardarlo bien y en un lugar específico, no se vale tener papeles regados por todo tu escritorio o documentos regados sin orden alguno en tu carpeta Mis Documentos. Crea una nueva carpeta (en el caso de los papeles guárdalos en un cajón o escribe en una libreta), usa un USB o un disco duro externo para guardar todo ahí.
5. Estructura
Todas las buenas historias tienen un inicio, un desarrollo y un fin. TODAS. La tuya también debe tenerlo. Antes de comenzar a redactar tienes que pensar bien la historia, planear y escribir la trama de manera ordenada y coherente. Eso no significa que no podrás hacer algunas variaciones al momento de la redacción, pero debes comenzar con una idea sólida de cual es el desenlace al que quieres llegar. No hay nada peor que una historia con un final deux es machina, en el que todo se resuelve mágicamente. #TotalFail
¿Tú ya lograste administrar tu tiempo? ¿Que otro punto añadirías a esta lista?¡Danos tu opinión en la sección de comentarios!