Según el último reporte de Kantar Media, el costo de un comercial de 30 segundos en el Super Bowl se ha incrementado un promedio de 75% tan solo en la última década, generando un total de $2.19 billones en ventas.
Este año (2016) costará a las marcas un estimado de $5 millones de dólares el estar 30 segundos al aire en la cadena CBS durante la transmisión del Super Bowl 50.
Esta cantidad es 11% mayor que el precio base de $4.5 billones que cobró la NBC durante la transmisión del Super Bowl en el 2015, que por cierto ha sido la transmisión más vista en la historia de la televisión de Estados Unidos con un total de 114 millones de espectadores.
El gasto en comerciales durante el partido de este año en la transmisión de CBS alcanzará la cifra récord de $377 millones de dólares. Esta cantidad es mayor que el gasto hecho en el Super Bowl durante la década de los 60’s, 70’s y 80’s combinadas que fue de $299 millones de dólares.
Pero ¿realmente vale la pena la inversión?
Según palabras de Dom Caristi, profesor de la Universidad Estatal Ball en Estados Unidos, en entrevista para WNDU menciona que el precio no debería ser considerado alto ya que los comerciales son compartidos en internet durante los años posteriores:
Incluso un anuncio con un precio de $5 millones por 30 segundos parece razonable ya que las personas quieren de hecho ver los comerciales. A diferencia de los partidos normales, la gente suele permanecer quieta durante los comerciales del Super Bowl, así que los va a escuchar. Más aún, los comerciales tienen el añadido de ser tuiteados, publicados y compartidos a través de múltiples plataformas sociales, acciones por las cuales el anunciante no paga nada.
Y aquí es donde las opiniones se polarizan.
Como atinadamente se menciona en un artículo de The Conversation, Audi, fabricante de autos que pertenece al Grupo Volkswagen y acusada de usar software que permite a algunos de sus vehículos burlar los controles de emisiones contaminantes ha comprado un espacio de 60 segundos durante el primer cuarto del partido.
La pregunta es ¿puede un espacio al aire que les costará $10 millones de dólares restaurar la imagen de la compañía?
El consumidor actual parece necesitar más que palabras (o en este caso anuncios), para generar confianza y lealtad hacia una marca.
¿Te parece que un anuncio en el Super Bowl aún valga la pena la inversión o las marcas deberían preocuparse por realizar acciones con ese dinero que generen un impacto social?