Si has contestado que sí a estas preguntas es que estás “procrastinando”. La “procrastinación” es el hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Veamos algunos ejemplos:
Te habías propuesto ordenar la casa o ese armario pero no te levantas del sofá y encadenas un programa de televisión con otro con tal de no empezar con esa tarea que tan poco te apetece pero que hace días te habías propuesto. Tienes que hacer una llamada de teléfono para solucionar un tema importante y no te apetece nada; entonces te pones a leer, te vas de compras, a tomar una cerveza… Un ejemplo muy típico es el siguiente: tienes trabajo atrasado, no te apetece ponerte con ello y acabas navegando por Internet buscando y leyendo cosas que nada tienen que ver con el tema de la tarea que debes realizar; revisas una y otra vez el correo electrónico y haces todo lo que se te ocurre con tal de que no llegue el momento de empezar con lo que debes.
Todo el mundo ha procrastinado alguna vez pero… el problema es que se haya convertido en una costumbre. ¿CÓMO NOS AFECTA?
Cuando procrastinar se convierte en un hábito y es la tónica habitual en nuestro comportamiento nuestro estado de ánimo y nuestra autoestima acaba resintiéndose. Aparece la frustración porque en el fondo somos conscientes de que no estamos haciendo lo que deberíamos y nos habíamos propuesto. También puede causar estrés y ansiedad. Es un círculo vicioso que nos envuelve y del que hay que salir si queremos conseguir nuestros objetivos personales. EL PRIMER PASO ES APRENDER A DETECTARLO
a) Aprende a detectar tus excusas o argumentos que usas para autoconvencerte Para enmascarar el problema y no sentirnos culpables solemos decirnos excusas que en realidad sabemos que son poco convincentes. Lo único que hacen es evitar que nos pongamos manos a la obra y es muy importante que aprendas a detectarlas. ¿qué sueles decirte a ti mismo en esos casos? ¿Te sientes identificado con alguno de estos pseudo-argumentos?
● “5
minutitos en el Facebook y empiezo”
● “Por
un día no pasa nada. Mañana lo hago seguro”
● “Acaba
este programa de televisión y ya me pongo en serio”
● “Trabajo
mejor bajo presión. En realidad me va bien hacerlo a última hora”
● “Mañana
lo haré que he tenido un día duro”
● “Para
hacerlo hoy sin ganas… mejor lo hago otro día”
Etc…
b) Aprende a identificar las situaciones y tareas de alto riesgo
de procrastinación
Fíjate en que momentos es más fácil
ponerte a hacer cualquier actividad con tal de no abordar la que deberías
hacer. Las tareas que posponemos suelen ser:
- tareas con las que no disfrutamos
- tareas que requieren un esfuerzo
- tareas que no se nos dan bien
- tareas confusas y mal definidas
- tareas que requieren que tomemos una
decisión
¿CÓMO VENCER LA PROCRASTINACIÓN?
Hay unas pautas que te ayudarán a controlar este hábito tan nefasto
de retrasar todo lo que no te apetece y
te ayudarán a cumplir con las tareas que te propongas.
- Ante las tareas de alta probabilidad procrastinación aléjate de aparatos electrónicos: los ordenadores, tablets, móviles y demás… son los mejores amigos de la procrastinación. Si quieres ponerte manos a la obra intenta que no haya a tu alrededor ninguno de estos aparatos que no harán más que ayudarte a posponer esa tarea que debes realizar.
- Atención a tu lenguaje interno. Cuando te autodetectes diciéndote un pseudoargumento o excusa de las que sueles utilizar, susutituye pensamientos del tipo “me pongo en un ratito” o “no me apetece nada ahora” por otros del tipo “venga, que todo es empezar” o “ es lo que me he propuesto y lo voy a hacer ahora”.
- Olvídate del miedo al fracaso que a veces nos lleva a posponer.
- Establécete metas a medio camino y realistas que puedas cumplir. Ir cumpliéndolas te servirá para motivarte.
- Prémiate cuando logres ponerte con una tarea habiendo vencido las ganas de postergarla. Puedes hacer inmediatamente después alguna actividad que te resulte muy agradable como premio. Te servirá como reforzador y aumentará las probabilidades de que en un futuro vuelvas a vencer esa resistencia. Aunque el mayor refuerzo que se obtiene es la satisfacción de haber cumplido con los objetivos previstos.
- Y recuerda, lo que más cuesta es dar el primer paso, los primeros minutos; una vez le hincamos el diente a una tarea difícil o poco agradable el resto viene rodado, casi sin esfuerzo. Todo es empezar y vencer la resistencia inicial.
- Proponte abordar la tarea durante sólo 5 minutos y verás como acabas por dedicarle sin darte cuenta mucho más tiempo del que pensabas. Cada vez te costará menos y acabarás convirtiéndolo en un hábito.
Bibliografía: http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/03/el-antidoto-de-la-procrastinacion.html
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