5 razones para empezar algo, a pesar de no sentirte 100% preparado

A veces me pongo un poco pesada con la importancia de organizarse y planificar. Sobre todo si hablamos de blogs. A veces, cuando se trata de mi propia escritura, lo intento planear todo tanto que al final, dedico más tiempo a planear que a escribir o, en el peor de los casos, directamente no escribo ni una línea. La inseguridad que nos da no estar preparados para hacer algo, y todas las medidas que llevamos a cabo para sentirnos así, a veces pueden llegar a frenarnos mucho. O peor, a frenarnos del todo, de forma que nunca demos el paso de iniciar el camino.

Hoy te traigo 5 razones por las que debes empezar a hacer algo antes de sentirte 100% seguro y 100% preparado. (OJO: No se trata de ser imprudente y  empezar las cosas sin pensar. Se trata de evitar que nuestra propia inseguridad, consiga que al final no hagamos nada. Los matices son importantes)

1. Nunca te vas a sentir 100% preparado:

Lo sé. Esto que acabo de hacer es un spoiler en toda regla, pero tenía que decírtelo. Si estás esperando el momento en el que te sientas 100% preparado, seguro, sin miedos y sin un sólo ápice de inseguridad frente aquello que vas a emprender, ya te digo que ese momento no llegará nunca. No puedes quedarte atrapado esperando ese momento, tienes que pasar a la acción (e intentar mejorar y aprender más cada día). El proceso de sentirse seguro y preparado con respecto a lo que uno hace, pasa necesariamente por una fase de aprendizaje que, si no das el paso, nunca llegará.

2.  El tiempo va a pasar igual:

El tiempo no espera. Los días, los meses y los años, van a seguir pasando (y conforme te vayas haciendo mayor, ¡lo harán a una velocidad vertiginosa!). Tu tiempo (como el de todos), es limitad, así que sé productivo. Emplea tu tiempo en cosas que realmente merezcan la pena, aunque no estés 100% seguro de que va a salir bien.

3. Puedes seguir preparándote una vez que hayas comenzado:

Casi todas las cosas que podemos aprender y adquirir en esta vida requieren cierta práctica. Nunca  tendrás esa práctica si te quedas estancado en la fase de duda de si empezar o no. Una vez en marcha, puedes seguir documentándote, investigando o llevando a cabo acciones y tomando medidas que te ayuden a mejorar y a prepararte. Además, los errores también se cometen una vez que nos metemos en faena, y no hay mejores maestros.

4. Nunca lo sabrás si no lo intentas:

A veces tenemos que ponernos una pequeña venda en la mente para intentar que todos aquellos pensamientos limitantes que nos impiden pasar a la acción, nos influyan menos. No se trata de ser imprudentes, se trata de arriesgar con la garantía de que, en caso de fracasar, se pueda empezar de cero. Respira hondo. Nada es tan horrible como lo que imaginas en tu cabeza. Siempre tendemos a ponernos en lo peor cuando nos enfrentamos a un cambio importante o a un proyecto ambicioso. Relájate. No pasa nada por intentarlo (incluso, si lo intentas una y otra vez).

5. Si realmente es lo que quieres, ve a por ello:

No hay mejor sensación que la de saber que estás haciendo algo que quieres hacer,y que estás en el sitio en el que quieres estar. Así que si eso que vas a empezar es realmente importante para ti, si realmente puede convertirse en un motor más en tu vida y en un motivo más para sentirte bien contigo y sobre todo, feliz, olvida las razones anteriores: ve a por ello.

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