5 razones para los anti-vacunas

5 razones para los anti-vacunas

9 de junio de 2015

Un niño en Olot sigue grave tras contraer difteria, le deseamos suerte. El chaval se contagió porque no fue vacunado. Aquí hay cinco razones para intentar convencer a los defensores de "lo natural", rebatiendo sus propios argumentos.

1 - Las vacunas pueden conllevar graves efectos secundarios.

Cierto. De hecho, hay médicos que piensan que es mejor vacunar a los niños cuando ya tienen como mínimo dos años de edad, ya que su cuerpo está mejor preparado. Lo ideal, en un mundo ideal, sería desarrollar pruebas de compatibilidad previas.

También es cierto que las vacunas pueden causar efectos secundarios, como lo puede hacer la aspirina... o un cacahuete. Cada ser humano reacciona de un modo distinto ante su entorno: hay gente alérgica a las picaduras de las abejas; para otros, la penicilina es mortal... como no somos inmortales, siempre habrá riesgos.

Bienvenidos a "La Vida", el reality primigenio donde el premio gordo es seguir respirando.

2 - La mayoría de las vacunas son innecesarias.

¡Por supuesto, porque los otros chavales están inmunizados y hacen "efecto barrera"!

Son innecesarias porque si todas las personas están vacunadas, el niño sin vacunar lo tiene mucho más difícil para contagiarse, pero no es inmune.

La moda "ecológica" de no vacunar ha roto casi tres décadas sin difteria en España. Si dejamos de usar vacunas las enfermedades semi-extintas volverán. ¿Y entonces, qué?

3 - Las vacunas no son efectivas

Desgraciadamente, sabemos que son efectivas porque en el momento de escribir estas líneas, el pobre niño afectado por difteria está luchando por su vida, mientras que a varios de sus compañeros se les ha encontrado rastros de la enfermedad en su organismo, pero no la desarrollarán casi con seguridad.

Si los otros niños tampoco estuvieran inmunizados, estaríamos hablando de una situación mucho más dramática.

Antes de la existencia de la vacunación, fallecían millones de personas en todo el mundo, como pasaba con la terrible viruela, ahora extinta.

4 - Los niños "naturales" sin vacunar crecen más sanos, se autoinmunizan

Es cierto que un niño sano criado en un entorno menos protegido, menos "limpio", desarrollará más defensas. Está demostrado: los chavales enfangados, los de anuncio de quitamanchas crean más anticuerpos. Y si eliminamos químicos aún mejor, tendrán menos probabilidades de sufrir alergias.

Genial, pero eso no los convertirá en superhombres, ni serán capaces de resistir cualquier enfermedad. Si queremos jugar a la autoinmunización de "esto es Esparta" veremos lo cruel que es la selección natural, en la que los débiles se quedan por el camino. Padres anti-vacunas, ¿le negaríais gafas a vuestro niño miope? Ah.

5 - La vacunación es un negocio para las farmacéuticas

¡Sí! ¿Y? La mayoría de las grandes farmacéuticas son odiosas, pero ya somos mayorcitos para saber que la vida entera es un negocio de compra-venta.

¿Es correcto utilizar la salud de chavales para reivindicar nuestras pajas mentales? Debemos exigir la máxima seguridad, pero siendo razonables. Para muchos laboratorios sería infinitamente más rentable intentar paliar los efectos de una grave enfermedad, o incluso cronificarla, antes que remediarla; al menos la vacuna es una solución para toda la vida. ¿La vacunación es un negocio? Pues esperad a ver a cuánto sale un complejo tratamiento para combatir toda una patología.