- Vida Saludable
En la ciudad en la que vivo actualmente, el tráfico es terrible. No solo hay que aguantar embotellamientos todos los días para ir a trabajar y para volver a tu casa, sino que también hay que lidiar con un buen número de conductores de taxis, colectivos y autos particulares que manejan como locos. Este tipo de situaciones acaba con la paciencia de cualquiera muy rápidamente.
Mi papá suele contar el chiste de un hombre que reza: “Dios, dame paciencia… ¡YA!”. Yo creo que esto ilustra el hecho de que el ritmo en el que nuestro mundo se mueve no ayuda a cultivar la paciencia tampoco. Todo tiene que ser ‘rápido y fácil’.
Por otro lado, como probablemente ya te estás imaginando, ser impaciente no es útil ni saludable. Cuando tratamos de adelantar las cosas lo único que conseguimos es cansarnos y estresarnos, lo que afecta nuestras relaciones, la capacidad de disfrutar un momento, entre otras cosas según Casey Radle, una terapeuta que se especializa en ansiedad y depresión en Eddins Counseling Group.
La curiosidad te ayudará a no asumir cosas o llegar a conclusiones sin tener información suficiente
Si la paciencia no es una de tus virtudes, no te preocupes. Abajo compartimos 5 estrategias recomendadas por la terapueta Radle, para que puedas cambiar sin importar qué situaciones te impacientan:
1. Adoptá alguna herramienta de relajación: Podes utilizar una de estas 6 técnicas de respiración que te enseñamos en Psyciencia hace ya un tiempo. Otras herramientas que también podés utilizar son la meditación, la imaginería guiada, la relajación muscular progresiva y el yoga.
2. Se curioso: La curiosidad te ayudará a no asumir cosas o llegar a conclusiones sin tener información suficiente. Considera explicaciones alternativas siempre y pensá que nunca podés estar 100% seguro de porqué una persona no devuelve tu llamada, por ejemplo. No es justo para nadie, ni siquiera para vos, asumir cosas sin conocer todos los hechos.
3. Reflexiona: Pensá qué es, específicamente, lo que te causa ansiedad de la situación y luego concentrate en tus necesidades emocionales en vez de pensar en la irritación y frustración que estas sintiendo. Por ejemplo, podés preguntarte: ¿qué necesito ahora?¿qué es lo que me pone tan incómoda/o?¿qué me ayudaría a tolerar la espera?¿cómo puedo gastar más productivamente mi energía emocional?
La aceptación puede ser calmante y liberadora
4. Aceptá el malestar: La realidad es que muchas cosas que pasan en la vida escapan a nuestro control y que no todo el mundo se maneja con nuestros tiempos. Aceptar que esperar es incómodo en vez de creer que es intolerable por ejemplo, puede calmarte y ser muy liberador. Reconocer que a veces no hay nada que podamos hacer para cambiar una situación (como estar atrapado en el tráfico) y recordar una de esas técnicas de relajación puede ayudar mucho.
5.Hacete amiga/o de la palabra ‘todavía’: Incluirla en una oración puede hacer que sintamos esperanza, optimismo y tolerancia. En mi caso podría ser: No estoy en la casa, todavía.
La paciencia es como un músculo que puede tonificarse, la próxima vez que te enfrentes a esa situación que tan rápidamente te saca la paciencia, acordate de alguna técnica de relajación que leiste en Psyciencia, no asumas cosas, enfocate en tus necesidades emocionales y, si querés, contanos cómo te fue.
Fuente: PsychCentral
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