50 / 50 (Jonathan Levine, 2011. EEUU): incómodo, bien dirigido y todavía mejor escrito e interpretado por un actor de ilimitado talento como Joseph Gordon-Levitt (el resto está especialmente mal empezando por el cargante Seth Rogen) es esta una increíblemente excepcional comedia dramática (mucho más de lo segundo que de lo primero, que apenas asoma y mucho menos después del primer acto) donde a un chico se le diagnosticará un tumor maligno del cual le dicen que tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de sobrevivir. El joven conocerá y perderá personas durante el proceso de quimioterapia, como es normal y ocurre en la vida real, llegándose a conocer a sí mismo de una manera que jamás pensó. Incluso, sin comerlo, beberlo ni buscarlo, entablará una cercana relación, con creciente interés amoroso nunca consumado, con su terapeuta, la cual está de prácticas tras acabar la carrera de medicina. Uno de los films más genuinos y frescos de los últimos años, el cual, sin verdaderamente huir del tópico, lo(s) maquilla de una forma admirable. La escena, poco antes del desenlace, donde Gordon-Levitt y Rogen discuten y que termina con el primero echando del coche al segundo, resulta poderosísima. Una excelente experiencia.