Las F.A.R.C. cumplen 50 años y lo festejaron con un video en internet. Mientras tanto, Colombia eligió a dos candidatos de corriente uribista, radicalmente enfrentados a la guerrilla, para disputarse el sillón presidencial en un ballotage.
“Las F.A.R.C. creemos que 50 años de guerra civil son más que suficientes para que afloren las verdades ocultas por la oligarquía que gobierna Colombia”, dice el comandante Timoleón Jiménez camuflado entre la frondosa selva colombiana.
Si se leyera sólo la primera parte de la frase, uno diría que el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se sumó a la moda electoral y hasta él mismo se convirtió en un anti-guerrillero.
Pero no. Las F.A.R.C. no aflojan. “Nacimos como consecuencia de una declaración de guerra total por parte de la oligarquía colombiana y de la Casa Blanca“, insiste.
El mensaje suena un poco descolocado después de las elecciones del domingo pasado, en las que los colombianos eligieron entre renovarle el contrato presidencial a un exministro de Álvaro Uribe, o darle una oportunidad a su delfín político.
El 29% de los votantes colombianos apoyó a Oscar Ivan Zuluaga, el “protegido” del expresidente, y otro 26% pidió la reelección de Juan Manuel Santos, exministro de Uribe y su gran enemigo, pero de su misma orientación política. El amigo vs. el “ex-amigo”. El 15 de junio se definirá cuál de los dos será el presidente durante los próximos 4 años.
La apatía fue grande. La participación por poco no marcó un récord histórico de bajas, dado que el 60% de los votantes se quedó en casa. De los que sí fueron a votar, más del 50% votó por la continuidad de la línea marcada por Uribe.
Zuluaga y Santos emiten su voto. Los candidatos fueron parte del 40% que sí votó en los comicios del domingo.
¿Qué pensarán de esto las F.A.R.C.? Acusan a la oligarquía de poner a la población en su contra a través de los medios y no logran ver que hay un momento, un instante en la vida política de todo ciudadano en una Democracia, en el que su voz se expresa a través del voto. Y el mensaje de los colombianos este fin de semana, guste o no, fue claro: queremos la continuidad de este modelo.
Una segunda lectura diría también que muchos no estuvieron conformes con la “oferta” electoral, o que simplemente están hartos. Hartos de la guerrilla y del narco. Hartos de los falsos positivos. Hartos de una oposición que no controla. Hartos de la izquierda que convive con el narcotráfico. Hartos. Cansados, apáticos.
“Sabemos que lo que la oligarquía espera de nosotros es una entrega humillante”, resume Jiménez en el video de las F.A.R.C.
Tal vez lo humillante no sea la entrega, sino los miles de damnificados por los enfrentamientos entre la guerrilla y el Gobierno. Y una nueva víctima inesperada: la participación ciudadana.