Cuando empezamos algo es un momento mágico. Sentimos que es especial, tenemos mil ideas, estamos cargados de energía. No nos importa hacer esfuerzos porque nuestro corazón nos dice que vamos a conseguirlo. Estamos ilusionados y eso no mantiene tirando del carro con todo nuestro empuje. ¿Quieres saber cómo no perder la motivación cuando pase el tiempo? Sigue leyendo…
Cuando pasa un tiempo… hemos perdido fuelle… ya no tenemos la misma fuerza y ganas. Estamos cansados y no vemos los resultados que nosotros esperábamos, esos resultados que nos habíamos planteado sin saber si eran realistas o no… Pero bueno, eran nuestros objetivos y a por ellos que íbamos.
Cuando pasa aún más tiempo… te estás planteando dejarlo. Estás cansado y ya no tienes ganas de continuar, has puesto todas tus fuerzas, has probado todo lo que se te ha ocurrido y aún y así no ves resultados. Incluso puede que no hayas llegado a llevar a cabo el proyecto realmente, pero antes de empezar ya tienes ese pensamiento.
¿Te has sentido así? Todos solemos funcionar siguiendo este comportamiento.
Es difícil no perder la motivación cuando no ves resultados de inmediato, por eso, necesitas tener herramientas a las que recurrir para no olvidarte de tus propósitos y poder volver a ponerte en contacto con esa ilusión inicial cuando necesites una dosis de energía positiva.
Lo más frecuente es que este bajón de motivación venga provocado por nuestras inseguridades y miedos reflejándose en el exterior como un bombardeo de preguntas del estilo “¿Esto que estoy haciendo vale la pena? Estoy dedicando mucho esfuerzo y no veo resultados” o “¿Cómo voy a hacer yo eso? No tengo suficiente experiencia o conocimiento o no conozco el tema en profundidad.”. Otras frases que nos asaltan son “No voy a aportar nada nuevo, hay mucha gente haciendo eso ya y yo no tengo nada especial que aportar, así que será mejor que no lo haga” o incluso “es que ya no tengo edad para hacer estas cosas” o “no tengo suficiente experiencia para hacer esto”.
Todo esto son frases que te manda tu crítico interior. Tu crítico interior no te tiene manía, lo que pasa es que te está totalmente asustado de que salgas ahí fuera y empieces a explorar territorio desconocido porque no sabe cómo te van a ir las cosas, y por eso te intenta disuadir. Él no sabe si pueden ir bien, así que ante la duda, prefiere no actuar… No te enfades con él, sólo tiene miedo, aprende a aceptarlo tal y como es.
Cómo no perder la motivación
Te propongo una cosa…
¿Eres capaz de encontrar 50 razones para llevar a cabo tu meta?
¿Por qué quieres hacer eso? ¿Qué te motivaba al principio? ¿De dónde sacabas esa ilusión que tenías?
Si estás al principio de tu proyecto, negocio, relación o lo que sea que empieces, es el mejor momento de hacer esa lista, porque la escribiremos desde la ilusión del momento.
Además de escribir por qué quieres conseguir esa meta que te has propuesto, hay muchas otras más razones, te pongo a continuación una lista de preguntas que pueden ayudarte a aclarar tus propios motivos:
- ¿Cómo te sentirás cuando lo consigas? Cuando lo consiga me sentiré ….. genial, pletórico, realizado, contento, emprendedor, profesional… lo que se te ocurra, no te quedes sólo con una opción.
- ¿Cómo serán tus días? Cuando lo logre, mis días serán ….. más tranquilos, en familia, activos, con más horas para mí… lo mismo que en el punto anterior, piensa en qué cambiarán tus días y pon todas las opciones.
- ¿Qué reto personal habrás conseguido? Personalmente, cuando lo logre habré ….. conseguido mi mayor reto hasta el momento, cumplido mi sueño de ejercer mi profesión o la profesión que siempre he querido, aprendido mucho por el camino y podré enseñar a otros…
- ¿Qué mejorará en tu vida? Al conseguir esta meta ….. mejorará mi situación económica, tendré más tiempo para pasar en familia, tendré tiempo para hacer la formación que tanto quiero hacer…
- ¿Qué desaparecerá de tu vida? Al lograrlo ya no… tendré que tratar con personas que no me gustan, tendré que trabajar hasta tan tarde, estaré desmotivado…
Es importante tener claro también las cosas que desaparecerán de nuestra vida cuando consigamos la meta a la que queremos llegar. Cosas que ahora no nos aportan nada o incluso cosas que no queremos que estén en nuestra vida.
Recuerda siempre que las cosas no van a aparecer en tu vida de la nada. Si no te gusta tu situación actual, ¿cómo crees que será dentro de 5 años si no haces nada para cambiarla?
La clave para conseguir nuestra meta es pasar a la acción, sin duda, pero además, no pierdas de vista tus razones para llevar a cabo tus objetivos.
En momentos de bajón, coge tu lista y lee en voz alta tus razones, escúchate decir todas las frases, recuerda la ilusión inicial, contacta con ella, abrázala de nuevo y utilízala para coger impulso y volver a cargar pilas.
¡Utilízala para motivarte!
Además, no te olvides de tu libro del éxito y tu grito de guerra. ¡Que siempre te acompañen en el camino!
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