*Nota: Informo de que este artículo puede herir tu sensibilidad si no tienes ni un ápice de sentido del humor.
Todos tenemos nuestras manías; nuestros hábitos; nuestras preferencias. Pero estas nos definen, eso es así. Por eso, hoy haré repaso a hasta 50 de esas cosas que hacen -siempre bajo mi punto de vista- un poco más odioso a aquel que le gusta eso de viajar. Viajeros a los que les gusta fardar, a los que les encantan las etiquetas o los que nunca se olvidan de que viajar supone dejar atrás tu país y sus costumbres. Hechos que yo extinguiría y que provocan en mí sentimientos negativos, de ira en ocasiones. No obstante, tampoco es para preocuparse en exceso. Yo también tengo varios de los puntos que apunto a continuación. Nadie es perfecto.
- El que está comprando todo el rato. O ve una tienda y se le van los ojos… y tiene que ir sí o sí.
- El que está lleno de prejuicios.
- El que está todo el rato buscando WiFi.
- El que quiere repetir un bar solo porque tiene buen WiFi.
- El viajero que te mete prisa.
- El que presume de “currículum viajero“.
- El esclavo de las opiniones en Internet.
- El que necesita sí o sí salir de fiesta.
- El que necesita autoproclamarse todo el rato. “Soy viajero y no turista”, “lo mejor es el slow travel” o “me encanta dejarme llevar”.
- El que mueve cielo y tierra para encontrar un McDonalds, esté donde esté.
- El que se queja todo el rato.
- El que no cede.
- Los que prefieren ir a la piscina que a la playa.
- Los que opinan: “Por qué voy a viajar fuera si en España tenemos de todo”.
- Los que viajan hasta Bali y hacen lo mismo que en su casa.
- El que practica el “postureo viajero” en todas sus formas.
- El que no se moja en nada.
- El chulo de playa.
- El que pone en su muro de Facebook el día antes de viajar a un lugar: “Próxima parada, X“.
- El que quiere que le hagas una foto todo el rato.
- El que nunca “se invita“.
- El que dice: “Yo soy un viajero de verdad“.
- El que se toma fatal que en el país visitado no hablen inglés.
- Al que hay que planearle hasta el último detalle.
- El que no reserva un hotel ni aunque le toque a cara o cruz.
- Los que en lugar de a un viaje parece que vayan a una gala o pase de modelos.
- El de las fotos ahora sí y ahora también.
- El que está todo el rato criticando.
- El que pone “guiri” escrito en la frente.
- El que viaja muchas veces al culo del mundo pero no conoce más de tres lugares de su propia provincia.
- El que tiene la necesidad de contar todo el viaje en las redes sociales.
- Los que creen que su viaje es mejor porque las fotos “molan que te cagas”.
- Los que no salen apenas del hotel.
- Los que juzgan todo el rato.
- El que no sabe relajarse.
- Los que más que van de “ahorradores” y se aprovechan de la hospitalidad de la gente a la mínima.
- El que viaja a un país con una lengua diferente pero quiere que le hablen en su mismo idioma.
- Los que te hacen esperar.
- A los que todos los destinos les parecen “idílicos”, “de cuento”, “mágicos”, “pintorescos” o “sacados de una película”.
- El que repite destino todos los años.
- El que no se pone crema solar para ponerse moreno.
- El que solo ve películas sobre viajes.
- El que dice vivir la aventura “como un local”. Asúmelo: o vives allí o no eres un local.
- El que viaja solo en verano.
- El que se niega a probar Blablacar (o similares).
- El que se hace una foto con los pies en el destino (estropeando la foto).
- El que dice “no viajo tanto como me gustaría”.
- El que pone morritos para salir en las fotos.
- El que necesita ponerse música para sentir la adrenalina del momento.
- El que no viaja. Ese es el peor