512 horas con Marina Abramovic

512 horas con Marina Abramovic 

Publicado el 11/07/2014 ˑ Categoría: arte
 

Marina Abramovic es LA REINA de la performance, controvertida y polémica toda su obra se centra en ella, y la relación del espectador con su obra.

En su última obra ha querido llevar esto al extremo convirtiendo al espectador en protagonista absoluto, junto a ella, no podía faltar! que participa durante 6 día de la semana.

La idea es sencilla. Te invita a participar en una serie de acciones que se desarrolla en un espacio en blanco y en silencio durante 512 horas consecutivas que se filman con el fin de documentar todo lo que allí ocurre. Pincha en el video de abajo para ver una introducción en palabras de la propia artista. (http://vimeo.com/97844667)

Para entrar tienes que dejar todas tus cosas fuera, bolso, móvil, hasta el reloj con el fin de que por un rato te evadas de todo, y te centres en tí mismo. Fui con tiempo y tranquilidad, para poder participar bien, y la experiencia fue increíble.

Nada más entrar, me encontré en una sala con una pequeña plataforma en el centro algo elevada del suelo, rodeado de sillas y con bastante gente alrededor mirando. Enseguida una chica de la organización me cogió de la mano y me llevó hasta el pequeño escenario. Muy bajito, me dijo al oído cierra los ojos y relájate.

Marina Abramovic’s 512 Hours at the Serpentine Gallery, London Photo: Rune Hellestad/Corbis @The Gurdian

Y ahí me quedé! En medio de esa sala, de pie, con la sensación de estar siendo observada por los extraños que me rodeaban además de estar siendo grabada, con una primera sensación de ridículo tremenda.

Mi primera reacción, pensar qué hago aquí! Tenía una mano metida en el bolsillo, porque ahí había guardado la llave de la taquilla donde había dejado mis cosas, pensé que mejor estar derecha y con los brazos extendidos – sería mejor la imagen?- la sensación de ridículo aumentaba… hasta que me di cuenta que no era tan fácil mantener el equilibrio estando quieta y con los ojos cerrados, no los iba a abrir. Me habían dicho que los cerrara, y no sería yo quien fastidiara el asunto.

Así que decidí relajarme, y disfrutar de las sensaciones que me acompañaban. Fue extraño, todo era incertidumbre, las sombras, los sonidos, pero al mismo tiempo pasé un rato estupendo de reflexión conmigo misma, de concentración absoluta, como al estar en misa y rezar de tal manera que parece que el mundo se para; fue genial lograr algo así estando rodeada de extraños!

No sé cuanto tiempo pasó, pero me gustó. Por fin decidí abrir los ojos y moverme de sitio. Me asomé a una de las dos salas laterales. en ella te hacían caminar desde el fondo de la sala al centro, con pasos lentos y pequeños hasta coincidir en el centro con otra persona que estaba haciendo lo mismo desde el otro extremo. Esto no lo hice, me moví de sitio, no me apetecía interactuar con nadie después de lo bien que lo había pasado conmigo! Pero fue genial verlo.

Hay una tercera sala, donde había unos escritorios individuales con mesas puestas de espaldas a la entrada. En cada mesa, un montón de granos de arroz mezclados con lentejas, un papel y un lápiz; la acción sencillísima, separarlos y contarlos, algo que te deja volver a realizar una acción absolutamente básica y que te da la oportunidad de volver a vivir un rato como el primero.

Lo más increíble de todo, es ver cómo la gente se ha lanzado a participar con Abramovic en el desarrollo de esta obra.

Por un lado, el personal de la galería, que con muchísima seriedad van dando las instrucciones a los visitantes de qué y cómo hacer en cada momento, como si fueran ella misma.

Por otro, nosotros, el público, que desde que se inauguró hacemos largas colas para entrar y nos prestamos al juego. Es impresionante la variedad de gente que te encuentras allí dentro… Una vez que entras, ya puedes permanecer todo el rato que quieras; te recomiendo que vayas con tiempo, merece la pena!

Serpentine Gallery. Hasta el 25 de agosto.

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