Estos días estoy descubriendo un autor español del que no había leído nada: Enrique Jardiel Poncela. Está considerado uno de los mejores dramaturgos del siglo XX por su peculiar humor.
“¡Caramba, don Jerónimo! Está usted muy cambiado?’ ‘Es que no soy don Jerónimo’. ‘Pues más a mi favor”, Ilustración de Tono para la portada del primer número de’La Codorniz’, del 8 de junio de 1941
No sé si a vosotros os pasará, pero en mi caso no es la primera vez que me rio mientras leo, sin importarme si hay gente o no delante. Lo que quiero destacar es el poder que tienen ciertas “herramientas” para sacarnos una sonrisa.
Esa sonrisa es la expresión externa de una agradable sensación de divertimiento y placer sutil que nos invade ante una agudeza, situación ridícula o elemento esperpéntico. Me gustaría destacar una serie de beneficios que nos genera ese humor, bien sea proveniente de un libro, una comedia teatral, una película o cualquier otra situación “humorística”.
- Relajación
Ya de por sí, sonreír nos relaja, provocando que paremos un instante y nos serenemos. Si además es causado por una situación divertida, creamos un momento único en el que estamos centrados y atentos a esa situación.
Podemos experimentar esta sensación cuando nos cuentan un chiste: cuando nos estamos riendo, estamos centrados totalmente en esa situación y por tanto prestando plena atención al momento.
- Desarrolla Ingenio y Agudeza
Un buen “chascarrillo” o agudeza nos provoca por imitación crear también nosotros otras agudezas. Este hecho hace que desarrollemos nuestro ingenio para inventar situaciones divertidas.
De aquí se deriva por tanto un mayor desarrollo de la creatividad, puesto que esta nos va a exigir relacionar elementos dispares, hecho que está presente en muchas de las agudezas que se nos ocurren.
- Amplía Perspectivas
Muchas de las situaciones humorísticas no dejan de ser escenas esperpénticas, inverosímiles o surrealistas que nos hacen tomar una perspectiva diferente de nuestra realidad diaria.
Cuando escuchamos, leemos o vemos estas situaciones se nos exige situarnos en otro punto diferente, quizás identificarnos con el protagonista del chiste. Esta nueva perspectiva puede provocar que tomemos conciencia de otros puntos de vista y repercuta en nuestro autoconocimiento.
- Unión
Aunque el chiste, la agudeza o la situación humorística la hayamos vivido en privado, nos gusta compartirlo con aquellas personas que tenemos más cerca. Cuando escuchamos un chiste gracioso, nos apetece contárselo a los demás.
Este simple hecho genera que nos socialicemos y creemos lazos de unión con otras personas desconocidas. Yo por ejemplo he hecho muchas amistades compartiendo chistes, agudezas y momentos divertidos.
- Disfrute
Quizás el beneficio más claro y por el que solemos recurrir a situaciones divertidas. El simple hecho de disfrutar de ese momento es razón suficiente para ello. Muchas veces hemos podido decir o escuchar que una serie de televisión nos gusta porque nos entretiene y divierte.
Puede que no entendamos el mensaje que un autor nos quiera transmitir con una buena comedia teatral, pero solamente el reírnos en compañía y pasar un buen rato merece la pena nuestro tiempo y dinero.
- Herramienta de Comunicación
El humor puede ser una de las herramientas más efectivas para comunicarnos. Muchas veces no sabemos cómo decir algo a alguien por miedo a su reacción. En estos casos decir lo que queremos utilizando el humor puede ser una buena estrategia.
Esta es una herramienta muy utilizada por los creadores para transmitir su verdadera opinión, incluso pasando la censura oficial. Un ejemplo es la ya desaparecida revista española “La Codorniz”, en la que se utilizaba ingeniosamente el humor para criticar, opinar y hacer reflexionar.
Carlos Postigo