Hay errores que comentemos con mayor frecuencia que otros al querer solucionar un problema. En 3Contigo ponemos nombre a dichos errores porque al tenerlos identificados también es posible ganar una mayor fortaleza frente a estos obstáculos.
¿Qué errores cometemos al solucionar problemas?
- Convertir en un problema algo que no lo es en sí mismo: es el principal fallo que podemos cometer cuando nos dejamos llevar por el ego que alimenta la vanidad, el individualismo y la superficialidad. Que algo no sea tal y como nos gustaría no tiene por qué ser un problema.
- Solicitar el consejo de un amigo de confianza es un signo de inteligencia emocional. Sin embargo, dar más peso a la opinión externa que al propio criterio interior es una forma de autoboicot porque la felicidad se vive en primera persona. En un proceso de coaching, el coach nunca ofrece sus consejos al cliente ya que este tiene la posibilidad de encontrar las respuestas por sí mismo en su interior.
- Tomar todos los problemas como algo personal causa sufrimiento en quienes pierden de vista que no son las únicas personas que sufren dificultades. Cuando una persona abre su corazón y comparte sus preocupaciones e inquietudes con los demás toma conciencia de que aquello que preocupa al otro no es tan distinto de aquello que le preocupa a él. Porque más allá de las diferencias personales también existen muchas semejanzas.
- ¿Cuál es otro error frecuente al buscar soluciones ante un problema? Adoptar el rol de víctima, responsabilizar a la mala suerte de lo ocurrido. Para solucionar una preocupación es importante poner el punto de atención en aquello que depende de la voluntad personal para mantener las riendas de la propia vida tomando decisiones adecuadas.
- Otro fallo frecuente en este tipo de situaciones es posponer la toma de una decisión ante la duda de no saber qué opción es la correcta. A veces, vivimos condicionados por la búsqueda de certezas absolutas. Sin embargo, el camino de la vida no es una ecuación matemática con un resultado único.
- El síndrome del perfeccionista causa sufrimiento interior a aquella persona que se exige en exceso a sí misma y siempre quiere más. La idealización de la propia vida nos puede llevar a perder la perspectiva objetiva de una situación en concreto. Los finales felices de las películas pueden condicionarnos en exceso.
Los errores forman parte de la vida pero no siempre un error ha sido un fracaso si tenemos en cuenta las lecciones de sabiduría que aporta. Gracias a los errores del ayer cualquier persona se conoce mejor a sí misma y descubre qué quiere.
Maite Nicuesa para 3Contigo Coaching.
Coaching personal, profesional y para la salud en Madrid y Figueras.