Habrás escuchado algunas veces que tienes que “desaprender”. Poner en duda lo que has aprendido es sano, pero se queda en un propósito hueco si no va seguido de un proceso de re-aprendizaje.
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Este proceso es complicado. Sucede que ante el vacío que puedas sentir, vuelvas a lo ya aprendido sin ser consciente de ello. Por ello son necesarias unas guías que te orienten en este nuevo re-aprendizaje.
A continuación te hablo de seis maneras de re-aprender sin abandonar en el intento.
- Actualiza
Vuelve a leer noticias de hace años, de tu infancia, adolescencia y juventud principalmente. Haz lo mismo con los libros que leíste en aquél entonces. Recuerda dichos, refranes y anécdotas que te contaron de pequeño.
Una vez hecho, actualiza su mensaje a tu vida actual y tus circunstancias. Seguro que algo nuevo has aprendido a partir de lo viejo.
- Comparación de sentimientos
Relájate y cierra los ojos. Visualiza una escena de un día normal hace unos años. ¿Qué sientes?
Compara esos sentimientos con los que sientes en una escena parecida hoy en día. Seguro que es muy diferente. Compara ambas sensaciones y descubre aquello que antes te hacía sentir de una manera y ahora ya no es así.
Date cuenta de todo el aprendizaje que hay detrás de tus actuales sentimientos.
- No reniegues, adáptate.
No caigas en el extremo de renegar, revelarte y oponerte a lo aprendido. En este caso no aprenderías nada; quizás, únicamente el que no debes, ni puedes hacerlo. Acepta lo que aprendiste en su día. Es conocimiento, sabiduría y forma parte de tu identidad. Renegar del pasado es negarse a sí mismo.
Reinterpreta, reformula lo vivido para que te enriquezcas ahora, hoy. Obtén todo el potencial que tienes y que te puede servir en el futuro.
- Ábrete.
Estate receptivo ante tus experiencias actuales sin los prejuicios aprendidos en su día. Absorbe como una esponja todo lo que vives: sensaciones, sentimientos, momentos especiales.
Vive con todos los sentidos: ve, escucha, huele, reflexiona, comunica… Cada vez que recibes estímulos de fuera, estás recogiendo información. Si la recibes sin obstáculos, estás obteniendo aprendizajes actuales.
- Agradece.
Cada vez que agradeces algo, estás cerrando la puerta a la autocompasión, la queja y el resquemor. Te sitúas en una actitud abierta, receptiva a la vida. Sientes que esta es un regalo y por tanto te preparas para disfrutar y vivir todo lo que te llegue.
Agradecer te hace aprender de ti y de los demás. Descubres que eres más que tus recuerdos, experiencias e ideas. Te dispones a recibir y aprender.
- Confía en tu voz
La mejor manera de re-aprender es guiarte por tu intuición; esa voz que te guía y te susurra la mejor elección.
Una vez te has enfrentado a tus prejuicios, desilusiones y verdades, tu voz se siente libre para hablar. Este es el momento de dejarnos guiar por ella, confiar y no dejarnos llevar por aprendizajes que no son nuestros.
Re-aprender debe nacer de dentro de nosotros. Los demás y las circunstancias nos enseñan, pero somos nosotros los que aprendemos; los que decidimos el qué y como aprender.
Carlos Postigo