6 Mitos Del Sueño Infantil

El sueño infantil es un tema que a casi todas las familias nos trae de cabeza.

“¿Qué puedo hacer para que mi hijo duerma más”, “¿Si lo desteto, dormirá más al no pedir teta?” “¿Y si pruebo con cereales y/o hierbas?” y otras del estilo son consultas que leo continuamente en grupos de crianza y maternidad; que más escucho cuando hablo con mamás y papás, y que llenan las consultas de psicólogos y pediatras.

Si de algo se caracteriza la m(p)aternidad, es por las horas de sueño que perdemos las mamás y papás. Se comenta que, en los primeros 5 años del hijo, llegamos a dormir 700 horas menos de lo que dormiríamos si no nos hubiéramos metido en este camino tan apasionante que resulta la maternidad.

Hace unos días os contaba cómo es el sueño de un bebé/niño desde su nacimiento hasta los 5 años. Creo que resulta imprescindible saber que se trata de un proceso neurológico, que va madurando con el paso del tiempo; que los continuos despertares durante los primeros meses de vida entran dentro de la normalidad y que no existen fórmulas mágicas para conseguir que duerman más.

Repito: No existen fórmulas mágicas para conseguir que duerman más.

Las fórmulas mágicas que nos han dicho nuestras abuelas, nuestras madres y/o nuestras vecinas no son ciertas, porque de serlo, no habría bebé que se despertara durante toda la noche. No lo son porque, además, luchar contra la maduración natural es verdaderamente difícil, por no decir imposible, y pueden ser hasta perjudiciales para el desarrollo de l@s más pequeñ@s. Simplemente son mitos que van pasando de boca en boca, que hace falta desterrar para poder respetar la maduración individual de cada bebé.

A continuación recopilo los 6 mitos del sueño infantil que tod@s hemos escuchado alguna vez y que, además de no resultar ciertas, pueden ser contraproducentes para un desarrollo óptimo y sano.

Los 6 mitos más instaurados del sueño infantil

1-Si le quito la teta, dormirá más horas seguidas

En muchas ocasiones creemos que el bebé solo se despierta por hambre. Y esto, aunque en ocasiones es cierto, no siempre es así.

El bebé se despierta por muchos motivos, entre los que hay dos principales:

1. Por hambre: El bebé suele tener hambre cada 3 horas, aproximadamente, y es posible que se despierte porque tenga una verdadera sensación de hambre. Recuerda que los expertos recomiendan alimentar a nuestro bebé a demanda, ya sea con lactancia materna exclusiva, lactancia artificial y/o lactancia mixta. Esto implica no despertar nosotros al bebé para la toma (a no ser que se espacie más de 6 horas) y no negarle el alimento cuando lo pida.
2. Por finalización de su ciclo de sueño: Se da mucho más de lo que creemos. A lo largo de la noche, los bebés y adultos tenemos microdespertares (pequeños momentos en los que nos despertamos, que duran realmente poquito y que generalmente aprovechamos para cambiar de postura). Los adultos y niños que saben dormirse solos, se duermen tras un microdespertar sin requerir ayuda, y ni ellos llegan a ser conscientes de que se han despertado. No obstante, los bebés no saben dormirse solos, por lo que los microdespertares les generan despertares y demandan atención. Como habrás podido comprender, los despertares generados por estos microdespertares no se dan por hambre, más bien porque se han despertado, sin más.

Quitarle la teta no es solución para evitar que se despierte, porque:

• Si el bebé se despierta por hambre, seguirá teniéndola aunque le quites el pecho.
• También seguirá despertándose debido a los microdespertares que sufra, que como habrás podido comprender, son independientes de que le des teta o no.

Y entonces, ¿por qué el bebé deja de llorar y vuelve a dormirse cuando le doy teta? pensarás.

Porque el bebé ha aprendido a dormirse así. Y con esto no estoy diciendo que dar teta para dormir al bebé sea malo; simplemente, ha sido un patrón de aprendizaje que habéis seguido para dormir, y siempre que se despierte, querrá dormirse de la única manera que conoce: A la teta (como quien se duerme en brazos porque siempre se ha dormido así, o dando un paseo en el carro).

Por tanto, no por quitarle la teta vas a conseguir que tu hijo duerma más. Conseguirás que tu hijo duerma más dejando que el tiempo madure su sueño.

Si quieres dejar de darle teta por otras razones, adelante, pero no se la quites para que mejore su sueño porque no lo hará.

2-Si le dejo llorar, aprenderá a dormirse solo

Siempre que pienso en la posibilidad de dejar llorar a un bebé para conseguir que se duerma solo se me pone la piel de gallina y se desata mi enfado.

Estivil puso de moda su método, en el que dejaba llorar al bebé por periodos de tiempo controlados y, según decía, así el bebé aprendía a dormirse solo. Posteriormente se ha demostrado que el bebé se duerme porque su mente desconecta, no como consecuencia de un aprendizaje autónomo. Suerte que posteriormente llegó Rosa Jové para demostrarnos que el método Estivil no es válido y mucho menos es el único en temas de sueño infantil. En su libro “Dormir sin lágrimas” nos enseña que el afecto es clave para conseguir un apego seguro que permita al bebé descansar mejor. Este libro forma parte de mis lecturas imprescindibles sobre maternidad.

Dejar llorar a un bebé es una manera de practicar la negligencia, porque no estamos atendiendo sus necesidades. No solo afecta a la relación recíproca padre/madre-hijo, sino también afecta emocionalmente al niño/a, quien aprende que sus necesidades y sus miedos no son importantes porque no reciben atención. Esta idea tira por tierra la gran importancia que se le está dando a las emociones de l@s más pequeñ@s en los últimos años.

3-Con el colecho, el bebé duerme más

Con el colecho, el bebé puede dormirse más rápido, porque está cerca de la figura que forma parte de su rutina para dormir, pero se va a despertar igual: los despertares se deben a la poca maduración del sueño, y esta será la misma duerma en la cama familiar o no.

Es cierto que el colecho posee unas comodidades para la madre, quien no tiene que levantarse para ofrecerle el pecho al bebé. Pero no mejora el sueño infantil.

4-Si toma cereales, mi bebé dormirá de seguido durante más tiempo

Los cereales están contraindicados antes de los 6 meses. Más bien, cada vez más profesionales se encuentran reticentes a que los bebés los tomen, por la alta cantidad de azúcar que posee.

Debemos tener en cuenta el efecto que hacen los cereales en el cuerpo del bebé. Un bebé que está acostumbrado a tomar leche como único alimento, y que de repente se le ofrece un biberón de cereales, se sacia en exceso. Se llena, podríamos decir. Cuando estamos llenos, todos dormimos más. Los bebés, puede que también.

Pero al final la maduración prevalece por encima de lo llena que esté nuestra barriga, por lo que terminará realizando sus despertares de igual manera. No solo habremos conseguido no mejorar su sueño, sino que habremos ofrecido a nuestro bebé un alimento que no resulta del todo beneficioso para él. ¿De verdad merece la pena?

5-Mi bebé posee un trastorno del sueño porque se despierta muchas veces

Es cierto que la maternidad nos roba muchas horas de sueño y esto es capaz de desesperar a la persona más fuerte que existe en la faz de la tierra. Y también es cierto que la desesperación y la necesidad de dormir más puede hacernos creer que nuestro hijo posee un trastorno del sueño.

No obstante, debemos aceptar que los despertares son normales en bebés y niños, y que su sueño puede no normalizarse hasta los 4 o 5 años. Esto quiere decir que los despertares no suelen darse como consecuencia de trastornos, sino como consecuencia de la maduración individual.

Es cierto que en algunos casos sí que puede haber un problema o trastorno del sueño que esté afectando al sueño del bebé/niñ@, y de rebote, al de toda la familia. Para salir de dudas, podemos acudir a la visita del pediatra para poder descartar, o confirmar, que un problema lo esté causando.

En nuestro caso, los tres primeros meses de Bicho fueron tan horrorosos en términos de sueño que nos llevó a la consulta del pediatra. Después de unos estudios, se descubrió que su estómago todavía no estaba lo maduro que debería estar a su tiempo, y el malestar que le producía le impedía dormir (mi hijo nació con retraso madurativo importante). Cuando estos problemas de estómago se solucionaron, mi hijo mejoró su sueño ligeramente, pero no conseguimos dormir del tirón hasta los 3 años.

Por ello, puede que los continuos despertares estén propiciados por algún problema, pero no siempre que se tienen despertares hay problemas subyacentes.

6-Los medicamentos ayudan a que el bebé duerma más

Cuando existe un problema que está afectando al sueño del bebé/niñ@, los medicamentos pueden tener su efecto.

No obstante, cuando los despertares siguen un patrón normal y son fruto del proceso de maduración neuronal del niño/a, no tiene sentido medicar para conseguir que duerma más. Y, además, es contraproducente, porque modifica los patrones de sueño normativos.

Uno de los medicamentos más conocidos como favorecedores del sueño infantil es la melatonina, conocida como Melamil. Si bien es cierto que este medicamento ayuda a conciliar el sueño de l@s más pequeñ@s, solo actúa en el momento de dormirse, y no durante la noche. Esto quiere decir que l@s niñ@s se dormirán rápido con él, pero seguirán despertándose a lo largo de lo que dure el periodo de sueño. Debemos tener en cuenta, además, que este medicamento debe darse siguiendo unas dosis muy controladas y solo con prescripción médica.

Además, cada vez son más los pediatras que intentan no medicar a l@s niñ@s que sufren de insomnio diagnosticado, debido a que pueden causar tolerancia a estos medicamentos, lo que dificulta su retirada en un futuro.

Los despertares normales no necesitan medicamentos para dormir, porque por mucho que nos canse, son eso: normales.

Así que, mamá y papá, ¡mucha paciencia y amor para superar esta etapa!