Cada vez que le pregunto a mi hijo “¿Dónde quieres ir”, su contestación inmediata suele ser “al parque”.
Y yo asiento con mucha facilidad, porque en muchas ocasiones no se me ocurre mejor plan que podamos disfrutar al aire libre, especialmente ahora (otoño) que la climatología todavía es favorable. Ya sabéis que el parque es uno de los planes que solemos realizar al aire libre.
Hoy, como cada día, se lo he vuelto a preguntar y aquí estoy, sentada en un banquito en uno de los parques que solemos frecuentar, viendo como Bicho sube y baja en el columpio. Lo bueno de las nuevas tecnologías es que me permite actualizar mi blog en lugares como este; y no se me ocurre mejor escenario para hablaros, justamente, del parque. Ese lugar que muchos padres y madres odian con toda su alma, pero predilecto para nuestr@s peques.
Y es que el parque es mucho más que diversión. Se trata de un lugar ideal para reforzar el desarrollo de diferentes habilidades, especialmente importantes cuando hablamos de niños y niñas que poseen algún tipo de trastorno, como es el caso de Bicho. Como sabéis, mi hijo posee Retraso Global del Desarrollo y, desde que empezó nuestra andadura por médicos, neuropediatras y atención temprana, muchos han sido los profesionales que han coincidido en la necesidad de pasar tardes en el parque. Por ello, Bicho empezó a frecuentarlos antes de andar, y a día de hoy sigue siendo su plan predilecto de cada tarde.
Y es que cualquier parque con columpios ofrece unos beneficios que difícilmente podremos obtener en otros lugares, y/o con otras actividades. De la misma manera que ocurre con el cole, el parque puede considerarse un microentorno donde poner a prueba todas esas habilidades que les van a ser muy útiles el día de mañana para desenvolverse por la vida. ¿Qué mejor que familiarizarse con ellas desde bien pequeño?
Si quieres conocer los beneficios que le puede aportar el parque a tu hij@, sigue leyendo. ¡Te vas a sorprender!
¿Qué beneficios ofrece el parque a nuestros hijos e hijas?
1-Refuerza la motricidad gruesa
Jugar en el parque implica actividad. Subir y bajar del tobogán; impulsarse en el columpio; correr libremente; escalar los árboles; jugar a futbol y muchas otras actividades típicas de parques poseen un elemento en común; para realizarlas, es necesario hacer uso de la motricidad gruesa, y mientras jugamos, la reforzamos.
Aunque cualquier niño/a puede beneficiarse de ello, resulta especialmente importante en peques que, por diferentes circunstancias, poseen un desarrollo motor lento. A través de sus juegos, los peques se motivan para realizar actividades que fortalecen los músculos y les permiten adquirir fuerza, lo que refuerza las habilidades motoras.
2-Permite desarrollar el área social
Cualquier parque suele estar frecuentado por niños y niñas, y ya sabemos que a l@s peques les cuesta realmente poco entablar conversación, compartir juegos y hacer amigos. Esto, sin duda, permite desarrollar la socialización y la comunicación de nuestr@ hij@. Si, además, frecuentamos algún parque en particular día tras día, estaremos facilitando que nuestr@s peques elaboren su propio grupito de amigos, con el que verse cada día.
Además de hacer nuevos amigos, l@s más peques se familiarizarán con habilidades sociales tan importantes como respetar a los demás, respetar turnos, controlar la impulsividad, compartir sus juguetes y/o columpios y mejorar su nivel de empatía.
Nosotr@s, como madres/padres, también podremos entablar relaciones con otros familiares y aumentar nuestro círculo social.
3-Refuerza el lenguaje
Nuestr@ peque realizará nuevos amigos en el parque, con los que deberá comunicarse para compartir juegos y momentos. Para ello, deberá hacer uso de su lenguaje, lo que producirá un refuerzo espontáneo del área comunicacional.
4-Realizan actividad física
Correr, trepar, subir y bajar; el parque es sinónimo de actividad, y ya sabemos los beneficios que posee el deporte para la salud. No solo previene la obesidad, oxigena los músculos y órganos y segrega la hormona de la felicidad; además, en edades tempranas es muy recomendable la realización de ejercicio diario porque ayuda a asentar unos hábitos de vida saludables, con mucha probabilidad de seguir manteniéndolos con el paso de los años.
Esto es realmente importante si tenemos en cuenta el alto nivel de sedentarismo que existe en nuestra sociedad y las altas horas frente a las pantallas a las que much@s niñ@s se exponen a diario. Una larga sesión de parque es totalmente incompatible con hábitos de vida sedentarios (a no ser que hagan uso de los dispositivos electrónicos mientras se encuentran en él, lo cual desaconsejo totalmente).
5-Les relaja
¡Si! Por difícil que pueda parecer, correr durante un buen rato por el parque, les relaja. No en ese momento, pero los efectos de la relajación empezarán a notarse poco después.
Y, cuando hablamos de relajación, no solo nos referimos a la relajación física, sino también a la relajación mental.
El parque supone un lugar donde se da el juego libre. A lo largo del día, l@s niñ@s llevan a cabo actividades con una estructuración muy marcada. Las obligaciones les obligan (nunca mejor dicho) a levantarse a una determinada hora, acudir al colegio, cumplir con el horario y las tareas durante largas horas, con muy poco tiempo para jugar o hacer lo que ellos quieran. El momento de parque les permite, por fin, jugar libremente, sin ataduras, sin horarios cerrados, sin actividades dirigidas. Esto oxigena la mente, les ofrece una oleada de aire fresco capaz de descargar el estrés que han ido acumulando durante todo el día. De la misma manera que nosotr@s necesitamos salir a pasear, tirarnos en el sofá a no hacer nada y/o incluso salir a correr una vez terminamos nuestra jornada laboral, nuestr@s hij@s también necesitan este bálsamo de desconexión.
A nivel físico, el ejercicio necesita, posteriormente, un descanso. Es por ello que, tras un rato de actividad, l@s más peques son capaces de coger el sueño antes y de mejor manera, lo que también influye de manera positiva en su desarrollo.
6-Les divierte
¿Y qué niñ@ no se lo pasa bien en el parque?
Las tardes en el parque son un plan que nunca falla, especialmente si el/la peque posee amigos que acuden a él. La diversión es tal que querrán volver siempre que puedan, lo que reforzará, en mayor medida, estos beneficios. A más tardes de parque, más mejorará la motricidad gruesa, más desarrollarán las habilidades sociales, más perfeccionarán el lenguaje, más activ@s se convertirán… y más se divertirán.