Revista Salud y Bienestar

6 situaciones en las que no darse masaje

Por Fcv
A veces pensamos que lo natural es completamente inocuo y no tiene contraindicaciones. Pues no es así. Desde los masajes a las compuestos homeopáticos o una simple infusión, todo lo que tiene un efecto positivo en el organismo puede tenerlo también negativo. Por eso se estudian las repercusiones de cada terapia y se definen sus contraindicaciones o casos en los que no es recomendable. A continuación una lista de exclusiones para el masaje:

6 situaciones en las que no darse masaje

Prohibido masajear en estos casos.

1. Después de comer. Un masaje en una zona grande, como la espalda o las dos piernas, moviliza una gran cantidad de sangre. Durante la digestión ya hay menos sangre en circulación, lo que a veces nos da sopor o somnolencia. Si además añades un masaje puedes padecer malestares que van desde la incomodidad al mareo, o en casos extremos desmayo y corte de digestión. Deja pasar un par de horas antes de recibir un masaje si has tenido una comida copiosa.
2. Alteraciones vasculares. Si tienes tendencia a las hemorragias, estás tomando anticoagulantes  o sufres de fragilidad capilar, no te convienen los masajes intensos: fácilmente te provocarán hematomas. No es una contraindicación absoluta, pero díselo a tu masajista para que trabaje con una intensidad más moderada. Tampoco se masajea sobre varices o si hay flebitis.
3. Procesos inflamatorios. No se aplican masajes sobre inflamaciones en fase aguda. Sería muy doloroso, y contraproducente: primero la zona tiene que calmarse. La fase aguda dura dos o tres días en lesiones traumáticas, son esos primeros días en los que cursan los “signos de Celso": calor, rubor, tumor (edema) y dolor. Para esta fase hay otras terapias naturales destinadas a aliviar la inflamación y el dolor: cataplasmas de arcillas, ventosa roja…
4. Irritaciones dermatológicas. Si hay cualquier alteración cutánea susceptible de empeorar o extenderse con el masaje, este se evita en el área afectada. Heridas, eczemas, quemaduras, hongos, infecciones…
5. Cáncer. Si hay un cáncer diagnosticado, el paciente debe valorar en qué estado se encuentra, qué riesgos puede asumir y si es imprescindible recurrir al masaje. Esta terapia puede llevar células cancerígenas al sistema linfático e iniciar o acelerar una metástasis que propague el cáncer. Como precaución, tampoco manipulamos sobre bultos o tumores de naturaleza desconocida.
6. Embarazo. ¿Eres mujer y estás embarazada? Enhorabuena, estás en un momento muy especial de la vida…, que por desgracia no se lleva bien con muchas terapias. No se dan masajes a embarazadas durante los tres primeros meses, en especial en las zonas lumbar y abdominal. Algunos masajistas son drásticos y excluyen completamente a las embarazadas. Aceites esenciales, digitopresión, acupuntura, fitoterapia… si estás embarazada, comunícaselo a tu terapeuta enseguida. Las terapias naturales no dejan de ser un tipo de medicina, con sus riesgos y efectos profundos. No pruebes ninguna antes de decirle al profesional que estás encinta.

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