Sé que “creatividad” y “disciplina” son dos conceptos que, a priori, no tienen nada en común. Es más, hay quien cree que la disciplina, limita a la creatividad, le pone barreras. Y también de los que creen que la creatividad es sólo cuestión de talento, de imaginación o de inspiración. Pero si una cosa se aprende cuando tienes y sobre todo, mantienes un blog, es que al lado de la creatividad, el talento o la inspiración, tienen que caminar la disciplina, la constancia o la dedicación.
Un blog necesita contenido para mantenerse vivo y el contenido necesita creatividad, sí, pero para mantener esta creatividad en el tiempo, es necesario ser constante. La rutina, sobre todo cuando de tratar se escribe, es una de las mejores amigas para un blogger. Acostumbrarse a escribir, establecer el hábito de dedicar a su blog al menos unos minutos al día o ser constante a la hora de actualizar su blog, son algunas de las cosas que todos aprendemos o, al menos, deberíamos aprender.
Hay gente que se ha puesto en contacto conmigo alguna vez y me ha contado que, a pesar de que tienen claro que les encanta escribir y que están decididos a mantener su blog, terminan bloqueándose, quedándose sin ideas y abandonándolo. ¿Son estas personas poco creativas? ¿Están menos capacitadas para ser bloggers que cualquier otra, que yo misma? No. Pero si desde luego se encuentran en la situación de estar bloqueados y sin ideas para escribir, yo les diría que lo primero que deben plantearse es cuánto tiempo le dedican a escribir al día.
Porque la escritura es, como dirían algunos “una amante ingrata”. Un día te sientes a tope de inspiración y consigues escribir muchísimo y otro día no pasas de la primera línea. La escritura un día te ama y otro día no quiere saber nada más de ti. Pero te contaré un secreto: eso sólo pasa cuando se lo dejas todo a la inspiración. Cuando, además de lo inspirado o animado que te sientas para escribir, pones en juego otros factores como la rutina, la planificación, los hábitos o ejercitar tu mente escribiendo un poco cada día, da igual de lo que sea, los bloqueos son mucho menores y la falta de inspiración empieza a contar mucho menos.
Por eso decidí escribir este post. Porque si quieres tener un blog y sobre todo que tu blog llegue lejos, vas a tener que dedicarle muchas, muchas horas. Y es verdad, ser libre par escribir cuando te apetece y sobre lo que te apetece está muy bien, pero a veces la pura disciplina es también muy necesaria (y, sobre todo, puede sacarte de más de un aprieto). Así que hoy te traigo 6 técnicas de displina creativa que quizá te ayuden con tu blog. ¡Espero que te sirvan!
1. Realiza esquemas que te ayuden a organizar tus ideas:
A veces parece que tienes una idea brillante para un post. Tu mente va a 1000 por hora y estás deseando abrir tu blog para ponerte a escribir. Cuando lo haces, te das cuenta de que, o la idea no daba para tanto como tú creías o no era tan buena como te había parecido al principio. Pero quizá la idea estaba bien y lo que no está bien es tu método para pasarla de tu cabeza al papel. En este caso, los esquemas serán tus mejores amigos. Divide la idea que tengas para tu post de forma ordenada en diferentes ideas secundarias y te darás cuenta de que, cuando ordenas tus pensamientos, también ordenas tu escritura. En la hoja de trabajo que podrás descargar aquí, te ayudo un poco más.
2. Visualiza el fin o el objetivo antes de empezar:
Visualiza el punto final de tu post antes de ponerte a escribir. Piensa en cómo vas a acabarlo, en el objetivo que tiene, en el propósito por el cual lo escribes. Esto te ayudará a establecer una especie de “meta” que perseguir, lo que hará que sintetices la información y la organices, para no irte por las ramas.
3. Escribe siempre un primer borrador sin pararte a editarlo:
Una vez que decidas ponerte a escribir, ponte a ello sin ninguna distracción alrededor y escribe sin pausa. Da igual que te des cuenta de que hay palabras más escritas, o de que una frase te ha quedado muy enrevesada. Tienes claro tu objetivo y tu esquema, ya editarás luego. Toca escribir y sólo escribir. Pues teclea, my friend ;)
4. Pule tu trabajo:
Eso sí, una vez acabes, edita tu trabajo. Revísalo como si fueras tu peor enemigo e intenta conseguir que quede atractivo para quien lee. Usa un lenguaje sencillo (que no por ello simple) y busca fórmulas que permitan que todo el torrente de palabras que has dejado salir antes, se convierta en un post bien estructurado, organizado, claro y conciso. Aquí puedes leer cómo editar tus textos en 5 pasos.
5. Aprovecha el tiempo:
Generalmente no todo el mundo que se dedica a esto, se dedica exclusivamente a eso. La mayoría tenemos un trabajo a tiempo completo que apenas nos deja tiempo para dedicarle al blog. Necesitas aprovechar bien los ratos libres o los ratos que tengas para escribir, y ser productivo para intentar sacar el máximo provecho de cada minuto.
6. Los beneficios de escribir 1.000 palabras al día:
Seguro que más de una vez has escuchado eso de que repitiendo algo durante 21 días seguidos, se convierte en un hábito. Escribir también puede convertirse en un hábito de tu vida cotidiana si implementas la escritura como parte de tu rutina. Muchos expertos recomiendan para esto escribir un mínimo de 1.000 palabras diarias que ayuden a ejercitar tu “músculo” de la escritura. Entrena duro cada día y verás como cada vez te resulta más fácil.
¿ESTE POST TE HA SABIDO A POCO? ¡ACCEDE A CONTENIDO EXLCUSIVO AQUÍ!