Hoy he estado toda la mañana diseñando una nueva página web que necesito para publicitar mi trabajo. He comido, y cuando he vuelto para publicarla, me encuentro que es lenta y aparece desestructurada, todo lo contrario a como lo había ideado.
“El naufragio” – J. M. W. Turner
He parado, respirado y me he dado cuenta que me estaba cabreando, es decir, me estaba sintiendo frustrado porque no salía como yo quería… y creo que aquí está el detalle: “como yo quería”.
De aquí he sacado la idea para escribir este artículo y comentar unos pequeños trucos que nos pueden venir ante estos momentos:
- Parar y respirar
Quizás parezca de Perogrullo, pero es importantísimo parar ese torrente de energía furiosa que nos invade y no dejar que la expresemos destructivamente (la pantalla del ordenador pocas veces tiene la culpa).
Estar atentos a esa energía supone un alto grado de autoconocimiento y por tanto de autocontrol. Esta actuación nos permite para, reflexionar… y respirar. Tomando aire profundamente nos calmamos y conseguimos ver el problema desde otra visión.
- No es “como yo quería”
La idea más importante que tenemos que tener en cuenta a la hora de entender nuestra frustración, es darnos cuenta que las cosas no son como nosotros queremos, sino que son “como son”.
Nuestra necesidad y exigencia de control nos lleva a la manipulación, coacción y dirigida hacia nosotros, a una creciente frustración. Esta frustración nos genera malestar psicológico e incluso problemas físicos.
- Aceptación
Si entendemos profundamente el paso anterior, llegamos automáticamente a la aceptación de estas cosas que “son como son”. Esta aceptación nos lleva a la calma, serenidad y paz mental.
No debemos confundir con la resignación. Esta última es una falsa aceptación; hay un fondo de “rebeldía” negativa. La aceptación te lleva a modificar lo que quieres aceptándolo previamente, la resignación lo quieres imponer sin aceptarlo.
- No Cegarse
Muy importante es no cegarse e insistir e insistir en el problema que nos ha llevado a la frustración. Acabaremos agotados y muy probablemente más frustrados de lo que estábamos.
Una buena estrategia es cambiar de actividad. Si no encontramos la solución a un problema de matemáticas, toquemos un rato la guitarra. Despejamos la mente y la hacemos cambiar de esquemas mentales.
- Nueva oportunidad
Podemos aprovechar estos momentos de frustración para ver si hay otras opciones de hacer de otra manera más favorable lo que estábamos haciendo. Interpretarlo como una señal de que el camino no era el correcto.
En mi caso, estoy pensando si quizás no sería mejor cambiar de servidor o incluso dejar para más adelante la publicación de la página.
- Enseñanza
Una buena conclusión de nuestras frustraciones es la enseñanza que podemos sacar. No solo conseguiremos conocer nuestra reacción ante futuras experiencias frustrantes, sino que tendremos armas para combatirla.
Además, aprenderemos diferentes maneras de solucionar los problemas, y esto nos capacitará para tener más herramientas y opciones en el futuro.
Escribir este artículo me ha hecho parar y revisar desde otra perspectiva el problema de la página web. Para el futuro ya he aprendido con qué servidor no he de trabajar.
Carlos Postigo