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“Cuando haces pop, ya no hay stop”,
pero ¿por qué?
Comer patatas fritas activa los sistemas de recompensa y
adicción en el cerebro, lo cual induce a tomar una tras otra sin
parar. Científicos alemanes han observado esta reacción en ratas y
han demostrado que esta adicción no puede estar causada sólo por su
alto contenido en grasas y carbohidratos, como se pensaba.
Algo tienen las patatas fritas para
provocar que cuando se abre una bolsa no se pueda parar de comer
hasta acabarla. Científicos alemanes han estudiado el patrón de
actividad que producen en nuestro cerebro y han determinado que la
razón de que sean irresistibles no reside solamente en su alto
contenido en grasa y carbohidratos, como se creía hasta ahora. Debe
haber algo más que las hace adictivas.
En un estudio publicado en febrero de este año 2013 en la revista
PLOS ONE, los científicos analizaron la activación del cerebro
de ratas alimentadas con patatas fritas y de ratas alimentadas con
insípida comida estándar.
Hoy, los mismos científicos alemanes han presentado los
resultados de sus últimos estudios, que complementan al anterior, en
la 245º Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de
Química.
“Hemos extendido el estudio a un tercer grupo de ratas
alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones
similares a las de las patatas fritas” explica a SINC Tobias Hoch,
investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y
autor principal.
Los resultados de las resonancias magnéticas mostraron que los
animales alimentados con patatas fritas experimentaban una mayor
activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de
recompensa, la ingesta de comida, el sueño y áreas motoras.
Estas ratas reaccionaron mucho más que las alimentadas con comida
estándar o con la mezcla de grasas y carbohidratos, lo cual
demuestra que el efecto adictivo de las patatas fritas no puede
explicarse solamente por su contenido calórico, como estudios
previos sugerían.
“En futuras investigaciones intentaremos determinar cuál es el
compuesto de las patatas fritas que provoca estas reacciones en el
cerebro” explica Hoch.
Patatas fritas saludables y coles de Bruselas
adictivas
La gula es un factor clave en el sobrepeso y, curiosamente, suele
estar provocada por alimentos con un alto contenido en grasas o
azúcar.
Según Hoch, el hecho de que a algunas personas no les atraigan
estas comidas reside en que “posiblemente la intensidad con que se
activan los sistemas de recompensa en los individuos varía en
función de su gusto”.
El investigador dice que, si la ciencia consigue desvelar cuál
es el componente que activa el circuito de la recompensa del cerebro,
podrían desarrollarse nutrientes que al añadirse a estos alimentos
inhiban su efecto. “Ayudaría a bloquear esta atracción por los
snacks y los dulces” asegura Hoch.
Por otro lado, el científico añade que hasta ahora no hay
evidencias de que se pueda hacer lo equivalente con comida sana y
poco popular. Es decir, no hay planes para añadir ingredientes a las
coles de Bruselas que activen positivamente zonas clave en el
cerebro.
Referencia bibliográfica
Hoch T, Kreitz S, Gaffling S, Pischetsrieder M, Hess A (2013)
“Manganese-Enhanced Magnetic Resonance Imaging for Mapping of Whole
Brain Activity Patterns Associated with the Intake of Snack Food in
Ad Libitum Fed Rats.” PLoS ONE 8(2): e55354.
doi:10.1371/journal.pone.0055354