Las personas casi siempre somos muy buenas para hablar, pero completamente sordas a la hora de escuchar. Cuando nos comunicamos con otros, casi siempre nos enfocamos en lo que queremos decir y muy poco en lo que estamos escuchando.
La comunicación efectiva no consiste tanto en hablar como en aprender a escuchar. Escuchar bien significa no sólo entender las palabras o la información que se está recibiendo, sino también entender las emociones que el hablante está tratando de expresar.
Hay una gran diferencia entre escuchar con atención y simplemente oír. Cuando realmente escuchamos lo que se está diciendo, se comienzan a encontrar sutiles entonaciones en la voz de quien habla, que dicen cómo se siente esa persona y las emociones que está tratando de transmitir. Cuando usted es un oyente comprometido, no sólo comprenderá mejor a la otra persona, sino que también hará que esa persona se sienta escuchada y comprendida, lo que puede ayudar a construir una conexión más fuerte y profunda con ese alguien que quiere ser escuchado.
Al comunicarse de esta manera, usted también experimentará un proceso que reduce el estrés y apoya el bienestar físico y emocional. Si la persona con la que está hablando está calmada, por ejemplo, escucharla de una manera comprometida hará que usted también esté calmado. Del mismo modo, si la persona está agitada, usted puede ayudar a calmarla escuchándola de manera atenta y haciéndole sentir que usted la entiende y la acompaña escuchándole.
Si su objetivo es entender completamente y conectarse con la otra persona, escuchar de una manera comprometida ha de ser todo un propósito. Si no es capaz de escuchar atentamente a quienes le hablan, entonces a continuación encontrará 7 consejos imperdibles para aprender a escuchar a los demás.
1. Concéntrese completamente en la voz
Si usted está hablando con alguien, concéntrese completamente en la voz de la otra persona y mírela directamente a los ojos. No se puede escuchar de una manera comprometida si constantemente está revisando su teléfono o pensando en otras cosas. Necesita concentrarse en la experiencia del momento para captar los matices sutiles y las claves no verbales que se encuentran siempre dentro de cada conversación. Si le resulta difícil concentrarse cuando alguien le habla, intente repetir las palabras que escucha en su cabeza. Esto reforzará el mensaje y le ayudará a mantenerse concentrado en la conversación.
2. Escuche más con su oreja derecha
Por extraño que parezca, el lado izquierdo del cerebro contiene los centros de procesamiento primarios tanto para la comprensión del habla como para las emociones. Dado que el lado izquierdo del cerebro está conectado al lado derecho del cuerpo, esto favorece más al oído derecho que puede ayudarle a detectar con mayor facilidad los matices emocionales de lo que alguien está diciendo. Si no lo sabía, pues ahora ya lo sabe, su oído derecho está mejor hecho para escuchar que su oído izquierdo.
3. Evite interrumpir o tratar de redirigir la conversación hacia sus propias preocupaciones
Si usted está escuchando a alguien que ha venido a contarle un problema y que necesita ser escuchado, evite decir cosas como: "si cree que eso es malo, déjeme contarle lo que me pasó".
Escuchar no es lo mismo que esperar el turno para hablar. Una persona no puede concentrarse en lo que alguien está diciendo si mientras escucha está pensando en lo que va a decir a continuación. A menudo quien está hablando, es capaz de leer las expresiones faciales y corporales y puede darse cuenta que quien lo escucha tiene su mente volando en otra parte y que no tiene ningún interés sincero por lo que está oyendo.
4. Demuestre interés por lo que está escuchando
Si usted ha decidido sacar algo de su tiempo para escuchar a otra persona, entonces asienta con la cabeza ocasionalmente, sonríale a la persona que le habla, mírela fijamente a los ojos y asegúrese de que su postura sea abierta y acogedora. Anime al orador a continuar su conversación con pequeños comentarios verbales como "sí" o "ajá". No hay nada peor para quien busca ser escuchado, que no ver ninguna clase de interés en la conversación, por parte de la persona que está escuchando.
5. Trate de dejar de lado al juicio y a la crítica
Para poder escuchar efectivamente a alguien, no tiene que necesariamente gustarle o estar de acuerdo con las ideas, valores u opiniones que expresa la otra persona. Sin embargo, si usted se ha dispuesto a escuchar, entonces necesita dejar de lado al juicio y la crítica para poder entender completamente a la persona que habla. Una conversación puede llegar a parecer muy difícil, muy tensa, pero cuando se logra escuchar a la otra persona sin juzgarle, eso logra hacer que se establezca una conexión no verbal entre quien habla y quien escucha, que de otra manera podría haberse considerado improbable de alcanzar.
6. Proporcione retroalimentación
Si siente que en algún momento ha habido una desconexión, entonces exprese su opinión parafraseando lo que ha escuchado. "Lo que estoy escuchando es…", o "suena como si estuviera diciendo que…", son buenas maneras de conectarse nuevamente con la persona que está hablando. Sin embargo, no se limite simplemente a repetir lo que el orador ha dicho textualmente porque esto sonará falto de sinceridad y poco inteligente. En su lugar, exprese lo que las palabras del orador significan para usted. Si es necesario, haga preguntas para aclarar ciertos puntos: "¿qué quiere decir cuando dice...?" o "¿es esto lo que quiere decir?".
7. Aprenda a escuchar la emoción detrás de las palabras
Son las frecuencias más altas del habla humana las que imparten emoción. Usted puede estar más en sintonía con estas frecuencias si se enseña a sí mismo a escucharlas, y para ello es necesario ejercitar los diminutos músculos de su oído medio que son los músculos más pequeños de todo el cuerpo. Para lograrlo, simplemente cante, aprenda a tocar un instrumento de viento, o escuche ciertos tipos de música de alta frecuencia como por ejemplo una sinfonía o un concierto para violín de Mozart. Escuchar algo de música clásica de los grandes autores de vez en cuando, no le hará ninguna clase de daño y, por el contrario, le ayudará a desarrollar la sensibilidad necesaria para escuchar a las demás personas con el debido interés y la suficiente atención.
Escuchar bien a las demás personas es algo que casi no sabemos hacer y es algo muy necesario en estos tiempos en que el estrés y las dificultades de la vida arrecian por todas partes. Siempre habrá alguien a nuestro alrededor que tan solo busca ser escuchado al menos por pequeños momentos. Aprender a sensibilizarse con lo que las demás personas tienen para decir, haría de nuestras relaciones interpersonales algo mucho mejor. Estamos hechos más para escuchar que para hablar, al fin y al cabo, tenemos dos oídos y tan solo una boca.