2. Deja de colocarte en la posición de víctima por sentir que tu vida es controlada por las malas decisiones de otras personas o por los embates de la vida.
3. Deja de sentirte miserable creyendo que tu infelicidad hará que todos modifiquen su actuar y su pensar para complacerte.
4. Si hay algo que necesitas que se haga de una forma determinada, y te molestaría si no sucediera exactamente así, mejor hazlo tú mismo. No deposites la responsabilidad en alguien más. De otra manera, es mejor trabajar en la aceptación y el respeto hacia los demás.
5. No permitas que la ira y el enojo se apoderen de ti por que las cosas no salen exactamente como habías planeado y nublen tu visión de las cosas que realmente valen la pena.
6. Hazte responsable del problema. Reconoce tus gustos y tus necesidades en lugar de culpar a otros por tu miseria. Te dejo algunos ejemplos:
- En lugar de querer que tus compañeros de oficina cumplan a tu ritmo con sus obligaciones, reconoce que tienes problemas para manejar tu ansiedad, tu perfeccionismo y tu necesidad de controlar a otros en temas relacionados con el trabajo.
- En lugar de decir que nunca sales a fiestas ni a eventos sociales porque a tu pareja no le gusta, porque él quiere estar en casa todo el tiempo y es un aburrido, asume que tienes la expectativa de que alguien más se encargue de tu vida social.
- En lugar de pensar que tu mamá no te quiere o que es una exagerada y no te deja en paz ni un solo momento, asume que tienes un problema por estar tomando sus peticiones razonables como ataques personales.
7. Aprende a fluir y a adaptarte a lo que se va presentando en tu vida. Disfruta y déjate sorprender.
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