Hay una gran diferencia entre estar ocupado y ser productivo. Estar ocupado no siempre significa necesariamente que se esté siendo productivo.
A pesar de lo que algunos puedan creer, ser productivo tiene menos que ver con la gestión del tiempo y más con la gestión de la energía. En pocas palabras, es el negocio de la vida. Es aprender a gastar la menor cantidad de energía posible para obtener los mayores beneficios.
Ser productivo es tener la capacidad de hacer más con mucho menos esfuerzo, contrario a lo que la mayoría de personas cree, en donde para hacer más, se necesita de un mayor esfuerzo.
Si desea aprovechar de una mejor manera todos su tiempo y energía, entonces preste atención a los siguientes 7 valiosos consejos que le ayudarán a mejorar su productividad en todas las tareas que usted desarrolle día a día.
1. Deje de trabajar horas extras y aumente su productividad
¿Sabe usted de dónde viene el concepto de trabajar 40 horas por semana, divididas en turnos de 8 horas por día? En 1926, Henry Ford, industrial americano y fundador de la mundialmente famosa compañía Ford Motor Company, realizó un experimento con sus trabajadores. Redujo el número de horas diarias de trabajo de 10 a 8, y acortó la semana laboral de 6 a 5 días. Como resultado de este cambio en los hábitos laborales, vio aumentar la productividad de sus trabajadores en más de un 30%.
Cuanto más trabaja una persona, menos efectiva y productivo se vuelve tanto a corto como a largo plazo. Las jornadas extenuantes de trabajo hacen que las personas pierdan fácilmente la motivación y la concentración, que son necesarias para ejecutar toda clase de tareas de la mejor manera posible.
Cuando un horario de trabajo es igual o superior a las 60 horas o más por semana y se sostiene de esa forma durante más de dos meses, el efecto acumulativo de la disminución de la productividad del trabajador, causará un retraso en la fecha de finalización de su trabajo, más allá de lo que se podría haber realizado con el mismo número de trabajadores en una semana de 40 horas.
El descanso y la alta productividad, van siempre de la mano.
Sabía usted que…
- Leonardo da Vinci tomaba varias siestas al día y dormía menos por la noche.
- El emperador francés Napoleón tomaba varias siestas durante el día todos y cada uno de los días.
- Aunque Thomas Edison se avergonzaba por su hábito de dormir la siesta, también practicaba este ritual diariamente.
- Eleanor Roosevelt, la esposa del presidente Franklin D. Roosevelt, recargaba su energía tomando una siesta justo antes de sus compromisos más importantes.
- El presidente John F. Kennedy tomaba su almuerzo en la cama y luego se acomodaba para tomar una plácida siesta.
- El industrial petrolero y filántropo John D. Rockefeller dormía todas las tardes en su oficina.
- La siesta de Winston Churchill no era negociable. El creía firmemente que dormir la siesta le ayudaba a trabajar el doble de lo que trabajaba cada día.
- El presidente Lyndon B. Johnson tomaba una siesta todas las tardes a las 3:30 p.m. para dividir su día en "dos turnos" de trabajo altamente productivos.
- El presidente Ronald Reagan quien fue ampliamente criticado por ello, siempre hacía la siesta todos los días para mantenerse con la energía y la vitalidad suficientes.
2. No diga "sí" a todo
Según el principio de Pareto, el 20 por ciento del esfuerzo produce el 80 por ciento de los resultados, sin embargo, el 20 por ciento de los resultados consume el 80 por ciento del esfuerzo.
En lugar de trabajar más duro, debemos centrarnos principalmente en los esfuerzos que producen la mayoría de los resultados y renunciar a todo lo demás. De esta manera, tenemos más tiempo para centrarnos en las tareas más importantes.
Deje de decir "sí" a las tareas que producen poco o ningún resultado.
"La diferencia entre la gente exitosa y la gente muy exitosa es que la gente muy exitosa dice "no" a casi todo." Warren Buffett
Entonces, ¿a qué se le debe decir "sí", y a qué se le debe decir “no”? Si no tiene completa y absoluta seguridad sobre si algo valdrá o no la pena, entonces lo mejor es aprender a decir “no” frente a aquellas tareas que pueden quitarle mucho de su tiempo, a cambio de unos beneficios que pueden llegar a ser nulos o inexistentes.
3. Deja de hacer todo por usted mismo y empiece a dejar que otras personas lo ayuden
Si bien usted puede creer que es la única persona que sabe hacer algo, y además de eso cree que es la única persona que sabe hacerlo bien, debería sentarse a pensar un poco en esto para poder entender que esta es una de las mentiras más grandes que suelen robarse por completo la productividad.
Aunque usted pueda creer que “nadie hace las cosas como usted las hace”, lo único cierto en esta afirmación, es que existen enormes posibilidades de que existan muchas personas capaces de hacer las cosas que usted hace de una mejor manera.
Es importante entender que siempre existirá alguien mucho más hábil y más capacitado para realizar una tarea. Aprender a ceder las tareas que acostumbramos a hacer, a aquellas personas que demuestran ser capaces de hacer todo de una buena manera, es una excelente forma de aumentar drásticamente la productividad.
Muchas personas gastan mucha energía haciendo cosas que otras personas podrían hacer de igual o mejor manera, a cambio de mayores beneficios.
Acostúmbrese a permitir que otras personas hagan tareas que usted suele hacer, y dedique su energía a trabajar en aquellas áreas en donde usted vea que suele haber deficiencias que deberían corregirse.
4. Deje de ser perfeccionista
El perfeccionismo es uno de los más grandes obstáculos que hace tropezar a las personas en el camino que lleva hacia la productividad. Cuanto más perfeccionista es una persona, menos productiva es.
Las personas que se consideran a sí mismas “perfeccionistas”, suelen cometer a menudo los siguientes errores que afectan negativamente a la productividad:
- Pasan más tiempo del necesario en una sola tarea.
- Nunca hacen las cosas cuando deben hacerlas, porque siempre están buscando “el momento adecuado” para hacerlas. Normalmente cuando actúan, suelen hacer todo cuando ya es demasiado tarde.
- Se pierden el panorama general por gastar toda su energía concentrándose en las cosas más pequeñas e insignificantes.
- Siempre esperan el momento perfecto, el cual acaban dejándolo escapar, porque simplemente no entienden que el único momento perfecto es AHORA.
5. Deje de realizar tareas repetitivas y comience a automatizar
Así de simple como suena. Deje de realizar tareas repetitivas y comience a automatizar todas las tareas que le sea posible.
Si hay algo que alguien hace y que una máquina podría hacerlo de la misma manera, sin errores, sin desperdicio de materiales y de tiempo, entonces comience a pensar seriamente en automatizar dichas tareas.
Si usted tiene que subir todos los días 300 imágenes a Internet y eso le toma 8 horas de su tiempo cada día, pues más le vale conseguir un software que haga esa misma tarea en una sola hora, y le permita a usted dedicar esas 8 horas de su tiempo a tareas diferentes que necesiten de toda su atención.
6. Deje de improvisar y comience a organizar sus tareas
La optimización de los procesos es una de las formas más conocidas de aumentar la productividad y de llevarla a los más altos niveles posibles.
Cada tarea que desarrollamos, puede ser organizada en pasos secuenciales.
Si usted organiza todas sus tareas en pasos que usted pueda seguir fácilmente y que le permitan completar lo que hace con la menor cantidad de esfuerzo y de tiempo posible, entonces comenzará a acercarse a alcanzar su mayor nivel de productividad.
Hay personas que todos los días hacen la misma tarea, pero suelen hacerla cada día de una forma diferente. En términos de productividad, esta es una de las peores prácticas posibles.
Observe muy bien cuáles son las tareas que usted ejecuta día a día y optimícelas. Elimine todos los pasos que sean innecesarios y que le hagan perder el tiempo y aprenda a hacer lo que hace cada día de la mejor manera posible. Esta simple práctica disparará su productividad hacia el infinito.
7. Deje de trabajar como esclavo y tómese un tiempo para no hacer nada
La mayoría de la gente no se da cuenta que cuando estamos demasiado concentrados en algo, estamos esencialmente encerrados en una “caja invisible” que nos frena, nos limita y que puede terminar siendo contraproducente para el desempeño de nuestro trabajo o para los resultados que estamos persiguiendo. Es por ello que es muy importante olvidarse por completo del trabajo cada cierto tiempo.
Un estudio desarrollado por la Universidad de Harvard, demostró que las personas que eran capaces de desconectarse por completo de sus trabajos por pequeños momentos durante su jornada laboral, o cuando salían de sus trabajos y llegaban a sus casas, eran personas altamente productivas y eficientes, mucho más de aquellas personas que permanecían todo el día pensando en las tareas que desarrollaban, las tareas pendientes, los compromisos adquiridos, etc.
Es importante desconectarse del trabajo y tomar tiempo para reflexionar. Cuando una tarea es compleja o confusa, a menudo logramos solucionarla con facilidad cuando nos olvidamos de ella por completo.
Para terminar, es muy importante entender que la productividad no es algo que se alcance de la noche a la mañana. Como todo en la vida, se requiere de esfuerzo y de práctica para convertirse en una persona altamente productiva, capaz de generar la mayor cantidad de trabajo con el menor esfuerzo posible.
Si usted pone en práctica los consejos que ha leído, entonces poco a poco su nivel de productividad aumentará notablemente y descubrirá que se sentirá mucho más útil, alegre, confiado y optimista frente a cada una de las tareas que acostumbra a hacer en su vida diaria.
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