El Festival de Cine de San Sebastián proyecta cada año una película sorpresa de la que solo conoces el título cuando se va acercando la fecha, así que cuando empieza el festival tú reservas una entrada y cruzas los dedos para que la cosa sea más tirando al año que pusieron Joker y menos al que pusieron Blonde. En este caso la película fue El asesino (The Killer, David Fincher, 2023), que presenta a Michael Fassbender en el papel de un asesino a sueldo al que se le complica un trabajo.
Acompañar a un asesino en su tediosísimo día a día es probablemente lo más interesante que ofrece esta película, porque una vez empiezan los problemas y con ellos la acción la cosa se vuelve un poco mediocre.
El asesino se mantiene a flote gracias a Fassbender y a que todo lo que hace Fincher es estéticamente fascinante, pero el argumento no consiguió que nada de lo que pasa en pantalla me importara mucho y no creo que recuerde gran cosa de esta cinta al margen de la mencionada rutina que da comienzo a la película.
A mí no me ha motivado mucho pero no es una mala película, así que la recomiendo pero con un poco de desgana.