Revista Cultura y Ocio

8 (circle) – Bon Iver

Publicado el 04 octubre 2016 por Srhelvetica

Al final, voy a acabar por rendirme a la evidencia de que estoy chapado a la antigua: esto último que ha sacado Bon Iver tan pasado de vocoders y Autotune me ha dejado descolocadísimo, con lo fan que era yo del “For Emma, Forever Ago” y su desolación destartalada, y aquel rollo de la cabaña y el tipo triste con el corazón herido que exorcizaba sus demonios con una guitarra, y he aquí que en pleno 2016 me veo relegado a la última fila de los admiradores de Justin Vernon por culpa del cacharrerío digital y los títulos raritos, con bien de números y símbolos, vaya a ser que algo se entienda remotamente…

En fin, Justin, yo que me lo pierdo (porque con lo unánimes que están siendo los aplausos y las genuflexiones, está bien claro que el que no ha entendido lo genial que es -eso parece- “22, A Million“, es un menda), se ve que a estas alturas de la vida no tengo la suficiente paciencia para aquel viejo argumento del “disco exigente” (¿y qué pasa con el oyente? ¿el oyente no puede exigir una saludable ración de másdelomismo?) y que empiezo a estar un poco aburrido del rollito soy-un-artista-muy-experimental-no-intentes-entenderme. (Ojito que otras vacas sagradas como James Blake andan también ahí, ahí,  y hasta Sufjan tuvo su momentito con “The Age Of Adz“, pero el de Michigan y yo volvimos a llevarnos bien a raiz de su flamante “Carrie & Lowell“, oiga…)

Claro que hay cosas que me gustan en “22, A Million“, por supuesto que sí, pero a la hora de hacer balance me pesan demasiado los explícitos esfuerzos del artista por alejarse de la vieja heterodoxia de la estrofa y el estribillo, y me acabo sintiendo como el idiota que piensa que el emperador va desnudo mientras a su alrededor todo el mundo puede apreciar la calidad de la factura. De lo que más me ha gustado, esta “8 (circle)” que muy probablemente hubiera sido un pulpo en un garaje si hubiera sido incluida en el famoso disco de debut de Vernon, pero que no hubiera desentonado nada en el posterior disco homónimo con el que se arrimó a sonidos menos acústicos (y más Philcollinescos). Y sí, es verdad, lo que más me gusta del nuevo Bon Iver es precisamente lo que más me recuerda al viejo Bon Iver. Llamadme aburrido, llamadme conservador, llamadme aguafiestas: visto lo visto, no estoy en condiciones de negar ninguno de los cargos.

Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2016, 22 A Million, Bon Iver, Jagjaguwar, Post-BonIverEnlace permanente1 comentario

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