El sexo es salud, es comunicación, amor, diversión e incluso ejercicio. Pero también puede convertirse en un infierno si metemos la pata. Así que sigue leyendo para no cometer estos errores en el sexo y disfrutar como te mereces.
1. No usar protección
Utilizar preservativo puede salvarte la vida. Puede que suene exagerado, pero es la realidad. Sobre todo cuando hablamos de relaciones sexuales que se mantienen con parejas esporádicas.
A día de hoy todavía existen muchos hombres que rechazan el uso de preservativos porque:
- no se les ajusta bien
- les molesta
- experimentan cierta pérdida de sensación
- les corta el rollo tener que parar a ponérselo
- tienen alergia al látex
El caso es que hace 20-30 años, estas excusas tenían un pase. Pero a día de hoy, que existen preservativos de todos los colores, tamaños, sabores y materiales del mundo, estas que acabamos de leer comienzan a ser malas excusas, ¿no te parece?
Sin ir más lejos, en la página web de Durex puedes hacer un test para saber cuál de sus productos se adapta mejor a ti y en la alemana My.Size, puedes elegir tu preservativo ideal en función del tamaño exacto de tu pene y sus tallas. Y si esto te parece poco, los ingleses de MyONE, están preparando un nuevo lanzamiento gracias al que podrás diseñar tu propio preservativo hecho a medida.
2. Alargar la sesión innecesariamente
¿Recuerdas eso que decían nuestros mayores de que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”? Pues eso.
Tampoco estamos diciendo que cuanto menos rato estéis en la cama (o en el suelo, o en la mesa, o en el coche, o en…) mejor, pero desde luego, intentar que dure más y más a toda costa es uno de los errores en el sexo que más se cometen.
En el año 2007, Keith Ablow, experto en salud, encuestó a los espectadores de Fox News y encontró que el 80% de los hombres aseguraban que buscaban relaciones de 30′. Sin embargo, las evidencias han constatado en más de una ocasión que la media de la duración de relaciones heterosexuales es bastante menor: de 7 minutos. ¡Nada más y nada menos!
¿Y 7 minutos es poco? No necesariamente. Toda la vida hemos vivido suponiendo que un encuentro sexual poco es sinónimo de malo y pobre. Pero si consideramos que el 75% de los hombres alcanzan el orgasmo a los 6′ y las mujeres alrededor de 13′, 7 no queda tan alejado de la media, que serían 10′.
Lo que queremos decir con esto es que más vale un increíble polvo de 15′ que un aburrido encuentro sexual de más de 30′ en el que los dos acabáis sudados, cansados y, muy probablemente, poco satisfechos. ¿No crees?
3. Intentar imitar lo que ves en Intermet
No tenemos nada que objetar en cuanto al porno se refiere. Salvo una cosa: intentar hacer en la realidad exactamente lo que viste ayer en esa película porno no siempre es una buena idea. Por varias razones:
- Una película porno enterita dura entre 50′ y hora y media y, a menudo, los actores están ahí dándole que te pego durante todo el metraje. Esto solo puede generar frustración porque ni vais a aguantar tanto ni tenéis por qué hacerlo, tal y como hemos visto en el punto anterior.
- En ocasiones verás que además de vibradores y otros juguetes, en estas películas, también utilizan objetos más cotidianos que si bien puedes encontrar en casa, no son todo lo salubres que podríamos esperar.
- Las situaciones que se dan en el porno parten de fantasías e ideas que si bien como tales son estupendas, pueden no funcionar tan bien en la realidad y con tu pareja.
- Las formas tampoco son las más adecuadas en la mayoría de clips y películas porno donde parece que todo es porque sí, como yo quiera, como yo diga y cuando yo lo diga.
Utiliza el porno como inspiración, no como mapa a seguir.
4. No lubricar adecuadamente
Los lubricantes existen por una razón. Y es que aunque las mujeres estén preparadas para ofrecer cierta lubricación a la hora de mantener relaciones sexuales, ni siempre es suficiente ni la cantidad es igual y constante durante la relación.
En primer lugar, tienes que saber que sin la suficiente excitación por su parte, no hay lubricación que valga.
Lo segundo es que, a veces, por muy excitada que se encuentre tu pareja, la lubricación no va a ser suficiente. Esto puede suceder por varios motivos:
- Patologías como las que afectan a la vagina o enfermedades como la hipertensión, el hipertiroidismo o la diabetes pueden provocar que la mujer lubrique menos de lo que debería.
- La ansiedad, los prejuicios, la falta de comunicación y tener la cabeza en otras preocupaciones puede redundar en una falta de lubricación importante.
- Otros motivos por los que la lubricación puede darse en menor medida tienen más que ver con el estilo de vida: sedentarismo, alcoholismo, tabaquismo, etc.
- Por último, el uso de algunos fármacos como antidepresivos y algunos anticonceptivos pueden provocar una mala lubricación.
Si os veis en cualquiera de estos casos y los dos tenéis ganas, no os cortéis: “descorchad” la botellita de lubricante ¡y a disfrutar!
5. Acostumbrarse al “aquí te pillo…”
Los encuentros sexuales rápidos, casuales y repentinos son maravillosos. Los de “aquí te pillo y aquí te mato”, vaya. Esto es innegable. Pero su magia reside, precisamente, en que son poco habituales y así deberían ser siempre.
Y es que los preliminares, aunque carezcan de penetración, también forman parte del sexo. Perdérselos por sistema es algo que no beneficia a ninguna de las partes.
6. Aburrirse
Probablemente, aburrirse y no hacer nada para remediarlo es el más terrible de todos los errores en el sexo.
Que la monotonía nos alcance de cuando en cuando, es normal. Sobre todo si llevamos tiempo con nuestra pareja. Pero como el primer paso para arreglar algo es reconocer el problema, si reconoces los primeros síntomas del aburrimiento, ya estarás más cerca de librarte de este.
Si cada vez te apetece menos ponerte al lío e incluso te da pereza pensar en ello y/o si cuando te pones, al final acabas en modo ni fu ni fa, la cosa está clara: el sexo tal como es te empieza a aburrir.
Disponte a innovar y verás como la cosa mejora en poco tiempo.
7. No decir ni mu
La comunicación es clave en esto del sexo y aunque no seas de los que hablan mientras, sí es importante que estés atento a lo que pasa y a lo que no pasa para poder comunicarte con tu pareja.
A veces ni siquiera hace falta hablar: un gesto o un movimiento son suficientes para comunicarse y que la otra parte sepa qué nos gusta y ´como nos gusta. Pero, sea como sea, ¡comunícate!
Este punto cobra especial importancia sobre todo si estás pasando por una mala racha a nivel sexual (falta de deseo, disfunción, etc.).
8. No escuchar
En relación al anterior error de no comunicarse está el de no escuchar.
De nada sirve que tu pareja te diga por activa y por pasiva lo que piensa, lo que quiere o lo que no quiere si tú haces como que ni ves ni oyes.
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