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800 científicos firman contra el «plan» que quiere promover una ciencia ‘Open Access’

Publicado el 13 noviembre 2018 por Santiago Campillo Brocal @scruzcampillo

Hace unos meses os contaba en Magnet que 11 organizaciones nacionales europeas de investigación pretendian dar el salto hacia el Open Access. Esto supondría una mejora importante dentro de la libertad de conocimiento, algo necesario en ciencia.

La iniciativa, denominada cOAlition S, quiere obligar a que todas las publicaciones que hayan sido subvencionadas con dinero público se hagan en revistas especializadas Open Access. Estas están disponibles para el libre intercambio intelectual científico. Curiosamente, España no se encuentra dentro de estas 11 organizaciones.

Ahora, una carta abierta, firmada por 800 investigadores procedentes de los países firmantes, ha puesto el grito en el cielo. ¿Cuál es su argumento? Que el "Plan S" es demasiado arriesgado para la ciencia.

Ciencia 'Open Access'

El debate se inició casi de forma inmediata, tras la publicación del Plan S. Este plan pretende que, a partir del 1 de enero de 2020, las publicaciones científicas que resulten de investigaciones financiadas por subvenciones públicas se hagan en revistas de acceso abierto compatibles o en Plataformas de acceso abierto.

800 científicos firman contra el «plan» que quiere promover una ciencia ‘Open Access’

La idea es que los organismos implicados en el Plan S se encarguen de las tarifas de publicación. En las revistas Open Access, o de acceso abierto, el lector no necesita suscribirse ni pagar por leer un artículo. En vez de eso, muchas de las revistas cobran a los investigadores por hacer la publicación.

Los organismos suscritos al Plan S se encargarían de pagar estas tarifas, al igual que han subvencionado las investigaciones de las que surgen. El objetivo final es permitir el intercambio libre y sin trabas de la información científica. Anualmente, las universidades y centros pagan miles de euros en suscripciones para poder tener acceso al trabajo de otros colegas. Trabajos que muchas veces son subvencionados por organismos públicos.

La queja

La carta explica que esta acción servirá para que aparezcan más publicaciones Open Access y que estas publiquen más volumen de artículos, lo que podría poner en peligro la calidad de las publicaciones. Para los firmantes, la idea de pasar toda la ciencia "pública" a un plano abierto es el objetivo final. Sin embargo, el Plan S parece demasiado arriesgado, forzando la situación de muchos investigadores.

En la carta se solicita, en vez de adoptar un modelo obligatorio Open Access, la búsqueda de una estrategia que, a la larga, permita adoptar la publicación abierta pero sin obligaciones, promocionando más que exigiendo. La esperanza, explican en el texto, es que las agencias propongan un modelo novedoso donde se respeten las decisiones de los autores y aboguen por un rango más amplio de decisiones relacionadas con el Open Access.

En busca del modelo adecuado

Algunos de los países más importantes en cuanto a producción científica no han firmado el Plan S. Alemania es uno de los ejemplos. Suiza es otro. Este país tiene un plan paralelo para obligar a los investigadores a tenerlo todo publicado en Open Access, pero dejando libertad para hacer la publicación en primer lugar en revistas de pago, con modelos tradicionales. Más tarde, los autores podrán transferir su trabajo, o parte de él, a un modelo abierto.

Esto, por ejemplo, podría suponer un problema para la cooperación investigadora entre equipos internacionales. Esta razón también es esgrimida por los firmantes de la carta, quienes creen que se pone en peligro la participación internacional.

800 científicos firman contra el «plan» que quiere promover una ciencia ‘Open Access’

Por su parte, el Plan S pretende hacer justo lo contrario: promover una ciencia más libre, de más fácil acceso y que asegure la interdisciplinariedad así como la participación internacional más sencilla. España, por ejemplo, tampoco ha firmado por el momento el Plan S, aunque ya han habido coqueteos con sistemas abiertos.

El debate no ha hecho más que empezar. Todavía es pronto para saber cuáles serán las consecuencias de la implantación, aunque las expectativas son altas. ¿Estamos ante un cambio de paradigma? ¿Son estos los primeros pasos para solucionar un problema que llevamos arrastrando desde hace décadas? Ya lo veremos.


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