Martin Vitaliti, 8ª Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Martin Vitaliti, 8ª Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Rubén Grilo, 8ª Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Estructurada y sin exceso, casi se podría decir austera, la muestra se ordena en tres secciones, los artistas jóvenes pero con trayectorias consolidadas, arte emergente y publicaciones que en esta edición y como respuesta a la dureza de los tiempos se vuelve lúdica y se dedica al juego. No hay sorpresas en la selección de artistas, Martin Vitaliti, Rubén Grilo, Oriol Vilanova, Democracia y Casilda Sánchez exponen en el piso inferior con instalaciones bastante resultonas, en especial la que nos recibe en la puerta de la entrada, una maraña de viñetas de cómics vacías de su contenido con algún que otro personaje preguntándose qué ha sucedido o un Superman en vuelo que se autoarrastra, se trata de los collage deconstruidos de Martín Vitaliti que desnudan la estructura narrativa y el lenguaje propio de los cómics mediante reformulaciones. Le sigue Rubén Grilo con las proyecciones de láser y los capós restaurados que pudimos ver en Nogueras Blanchard el pasado septiembre.
Casilda Sánchez, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Democracia, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Democracia, 8ª Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Se exhiben también dos vídeo instalaciones que se encuentran en las antípodas la una de la otra tanto a nivel conceptual como rítmico. Por un lado la intimidad y cercanía del trabajo de Casilda Sánchez, intimidad que se aproxima a aquélla que se alcanza a través del tacto y que la instalación consigue transmitir utilizando como protagonista el principal sentido con el que nos relacionamos con la exposición y el arte en general, la mirada. Miramos pero casi podríamos tocar, como las pestañas con los ojos que se besan pero no deben ver nada porque a distancias tan cortas el sentido de la mirada pierde su capacidad de discernimiento. Una instalación a ras de piel que nos convierte en voyeurs en medio del silencio, del tiempo suspendido del batir de unas pestañas. En el otro extremo, la velocidad y por qué no, violencia de Saber y durar, trabajo de Democracia que también pudimos ver en ADN el otoño pasado. Con una estética extrema y totalitaria, como se ve en las sudaderas colgadas, un parkour a ritmo de MTV por el cementerio de la Almudena nos lleva por las tumbas de opositores de la izquierda, tumbas que aparecen fotografiadas en la instalación y funcionan a modo de slogans políticos.
Oriol Vilanova, 8ª Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Oriol Vilanova, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Oriol Vilanova, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Cierra la muestra en el piso inferior Oriol Vilanova mostrando cómo trabaja el poder en la construcción de la sociedad y de la cultura, tanto la soft como la hard. La soft culture es la representada por la colección de ediciones del libro Record Guiness con esas portadas chillonas casi comestibles, puro espectáculo banalizado como preconizaba Debord, también llamado a causa en la instalación con una primera edición de La sociedad del espectáculo cuyas páginas han sido canceladas. La otra cultura, la hard, la vemos archivada, clasificada, ya al seguro y sin posibilidad de revolucionar a las masas en las postales de antiguos museos, en vitrinas que contienen los restos mortales de culturas pasadas. Arte que no cuestiona el poder, todo lo contrario a lo que representa el Guernica, que aquí aparece no reproducido por una serie de postales como cabria suponer sino evocado a través de sus dimensiones con una pintura gris monocroma que sirve de marco a una, ahora sí, colección de postales de monumentos del poder, el mismo que decidió premiar a los pabellones de Alemania e Italia durante la exposición universal de 1937.
Ana García-Pineda, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Ana García-Pineda, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
Emiliana, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
En el piso superior la letra se vuelve más pequeña y minuciosa, los dibujos de Ana García-Pineda nos llevan de lo concreto a lo universal en un plis-plas, las relaciones formales y conceptuales de la serie Encontrar la verdad son como una versión irónica y cómica del estudio del funcionamiento de la naturaleza en Goethe, del hallazgo de ese prototipo común del que deriva la existencia de todo ser vivo, de la conexión de los elementos de este mundo, el creer posible que desde nuestro cosmos cotidiano es posible comprender y dar respuesta a las preguntas universales del hombre en relación al mundo. Cotidianidad que también se da en Emiliana design studio, cuya presencia en esta Bienal es una muestra de cómo se amplían los límites de aquéllo que es considerado arte, presente en otras áreas como puede ser el diseño. En el trabajo de Emiliana vemos cómo los objetos cotidianos y los espacios recuperan una nueva función.
Emiliana, 8a Biennal Leandre Cristòfol, La Panera, 2013. Foto: Camilayelarte
El hecho de que la Bienal proponga la obra de artistas sin que otro discurso más allá de la singularidad hilvane de algún modo la selección y sin que las líneas de trabajo tengan nada en común hace que la coralidad que mencionaba al inicio no se traduzca en diálogos cruzados y que al abandonar el edificio de La Panera uno tenga la sensación de haber asistido a una muestra construida a partir de monólogos, algunos de ellos con la fortuna de haber pasado a formar parte de la colección.
Álbum de fotos de la Biennal en nuestra página de Facebook.
8a Biennal d'art Leandre Cristòfol
Hasta el 28 de abril de 2013
Centre d'Art la Panera
Plaça de la Panera, 2 - Lleida (mapa)
@LaPaneraLleida
Precio: Entrada gratuita
Otras miradas sobre la 8ª Biennal Leandre Cristòfol: Morir de frío, A*desk