Una carretilla y 99 smartphone. Eso es lo que necesitó Simon Weckert, artista de Berlón, para engañar a Google maps. En una pequeña carretilla de plástico metió todos los teléfonos, con la ubicación activada, y se echó a caminar. Y de repente, no había coches, y los que había, estaban estacionados. Simon camión a paso lento tirando del carrito, y lo subió a Youtube.
En esos 2 minutos podemos ver como hackeó el sistema de detección de atascos de Google Maps. Se aprovecha de que Google colorea de rojo las calles en las que detecta más teléfonos conectados, que se mueven despacio y generando rutas alternativas para ayudar a los usuarios a llegar a tiempo a su destino. Una reformulación las cuestiones relativas al poder en el discurso de la cartografía.