Revista Cine
Demián Bichir hizo telenovelas, fue novio de Kate del Castillo y actuó junto a Victoria Abril en Sin Noticias de Dios (2001), buen record. A mi me cae bien por todo eso y también porque es buen actor. Este año estuvo nominado al Oscar gracias a su participación en esta película sobre una historia muy común entre sus paisanos. A Better life (2011) de Chris Weitz, es de esos films que siempre me pregunto como puede filmar alguien que, en apariencia, nada tiene que ver con un destino similar. ¿Por qué nuestras historias las tienen que contar extranjeros? ¿Por qué los latinos no cuentan mucho más aquellas circunstancias que padecemos? No sé, pero de entrada se me ocurre que no hay que ser latino o checo o americano, hay que ser “persona” para ponerte en el lugar de otro, y eso es lo que bien sabe hacer el director de esta cinta.
Por ahí escuche a María Félix en una entrevista de 1988, diciendo que el cine es trabajo de equipo, como casi todo, seguramente lo es: ni un escritor puede trabajar solo, las ideas muchas veces llegan gracias a los demás. Es así que, en este film, el trabajo en equipo necesario para el éxito de una película cumple su cometido, pues desde Bichir hasta los actores secundarios y por supuesto el director hacen una labor encomiable que te jode el alma desde el comienzo de la cinta hasta la última escena. Si, esta película te jode, te perjudica, te deja mal, diría que “te conmueve” pero es una palabra muy limpia, muy ordenada para expresar lo que te causa tanto desorden, tanta desesperación, tanta impotencia y lo que es peor, tanta verdad en una cinta que es sin duda una true history en la vida de muchas personas en América Latina.
El tema de los indocumentados que sobreviven en USA ha sido tocado un montón de veces, pero en los últimos tiempos el plano social, económico y político de este mundo ha hecho de este, un tema obligatorio en el arte, recordemos “Mojado” de Ricardo Arjona unos años atrás, por ejemplo.
A Better Life es más que una película, una oportunidad para mostrar – y ver – una circunstancia real, una problemática importante con la que muchos se encuentran afectados: “Yo creo en el poder del cine para cambiar la mentalidad de las personas, para cambiar los corazones, y estoy seguro de que si esta película adquiere la importancia que queremos que tenga, va a cambiar muchas cosas en este país respecto al problema migratorio, que también se presenta en la película. Es un tema que se encuentra de manera permanente en la vida diaria de la gente y de los medios, porque se habla constantemente de cómo hacer para que estos 11 millones de personas tengan una identidad, tengan un rostro” dijo Demián Bichir en una entrevista.
El cine es sin duda, más que entretenimiento, es una ventana poderosa para contar lo que muchos necesitan conocer, aunque no se hayan percatado de ello.