Antoni Tàpies, Gran A, 1977. Foto: Camilayelarte
De esta misma voluntad, el año 1977 los artistas Jordi Benito y Vicenç Viaplana decidieron organizar en el recién inaugurado Museo de la ciudad un ciclo de exposiciones dedicadas al arte contemporáneo catalán. La primera de ellas reunió a tres figuras fundamentales: Joan Miró, Joan Brossa y Antoni Tàpies.
Antoni y Teresa manos la obra con la Gran A en el Museu de Granollers, 1977. Foto: Camilayelarte
En la sala del segundo piso del Museu de Granollers se alzaba hasta hace pocas semanas una enorme A. A de Arte, A de Antoni, A como la primera letra del alfabeto, el inicio de algo que contiene a su vez inscrita la caligrafía de una O, O como un círculo que se cierra: el símbolo de un principio y de un fin. Esta obra fue creada por Tàpies y su esposa Teresa in situ, en el propio museo, con motivo de la exposición que antes mencionaba. Su participación en la muestra era fruto de la voluntad de una gente joven que quería mostrar el arte de aquéllos que como Miró, Brossa y el propio Tàpies habían sido un faro a seguir durante los oscuros años del franquismo. Ellos ya no están pero su legado queda.