Le Monolithe, Lyon, Francia. Arq: MVRDV
Los diferentes desarrollos urbanísticos del siglo XX, se han alejado siempre del tradicional crecimiento de las ciudades europeas en cuyos cascos históricos, incluyendo los ensanches decimonónicos, edificios pequeños conformaban en conjunto las diferentes manzanas. Raro es el caso en el que un único bloque de pisos disponga de más de un portal de acceso: en castellano nos faltaría una palabra que defina estos edificios, así que cogeré prestada la italiana "palazzo".
MVRDV, sabedores de esta problemática, buscan dotar de esta variedad de diseños a sus proyectos, que aunque conformen manzanas enteras, quieren simular la variedad tradicional de "palazzi", aportando una escala tal vez más humana o comprensible a los nuevos desarroyos urbanísticos. ¿Pero hasta qué punto es legítimo?:
En el caso del afamado edificio Mirador en Madrid, ¿consiguieron este propósito, o simplemente se concibe el edificio como una unidad indivisible y la fachada como un juego de composición cerámica?. Desde luego durante la obra no parece haber ninguna distinción entre viviendas, compartiendo todas estructura y cerramientos idénticos.Otro de los intereses del estudio holandés, es crear una vinculación del habitante con su vivienda, que ya sea mediante la apertura de "huecos dispersos", disponiendo volúmenes en voladizo, o cuerpos de colores llamativos, hagan fácilmente diferenciable cada vivienda en el conjunto de la masa unificada. Este fenómeno está claramente unido al "myspace" tecnológico, una forma de diferenciarte, de reconocerte como individuo en la sociedad.
En el caso de Lyon (a a izquierda), al igual que en Madrid, MVRDV recomponen la tradicional manzana abriendo huecos, creando grandes puentes y voladizos que recalifiquen el espacio comunal, abriéndolo a la ciudad y re-interpretando esta. También insisten en la variedad de "palazzi", pero en esta ocasión, haciendo que cada uno de estos cuerpos sea diseñado por estudios diferentes y acojan usos variados. ¿Queda así legitimada la actuación?
También resulta llamativo el esfuerzo que supone edificar estos cuerpos puente, cuyas cerchas son alardes de ingeniería, todo un reto para las constructoras. Sin embargo una vez revestido el edificio, estas quedan ocultas tras la piel, ningún espectador profano es capaz de adivinar cómo ese "palazzo" puede sustentarse, no aprecian el mérito: ¿Es esto lógico?, ¿realmente queda justificado ocultar la mega-estructura en favor de potenciar el espacio que conforma el cuerpo volante?
Os animo a que expreséis vuestro punto de vista y al tiempo, me ayudéis a aclarar el mio.